Francia teme el regreso de los «resucitados» de Daesh
Los expertos en seguridad elevan la alarma por la posibilidad de que muchos de los jóvenes que eligieron enrolarse en la yihad vuelvan al país
Francia teme el regreso al hogar de varios centenares de «resucitados», muertos en vida en el infierno sirio-iraquí de Daesh, aspirando «volver» a la vida, o la muerte, matando, en los suburbios de París y las grandes ciudades francesas. Los suburbios franceses, la «banlieue», ha sido históricamente el primer semillero de asesinos, criminales yihadistas, huidos de su patria natal para enrolarse en alguna de las distintas «familias» del terrorismo islámico, de Al Qaida a Daesh .
Los servicios de seguridad occidentales (estadounidenses y europeos) estiman oficiosamente que unos 30.000 jóvenes europeos, americanos y africanos, decidieron enrolarse en Al Qaida o Daesh durante la última década. Francia fue, desde el principio de ese «éxodo» nihilista y criminal, el primer «proveedor» de voluntarios prestos a enrolarse en las pantanosas «filas» de las organizaciones yihadistas, recibiendo formación en Pakistán, Afganistán, Irak y Siria .
Se calcula oficiosamente que 200 o 300 franceses enrolados en Daesh , durante el último quinquenio, han muerto, víctimas de bombardeos o asesinatos selectivos.
Un número impreciso del millar de franceses que siguen militando, en distintos escalafones yihadistas, estarían «decepcionados» y desearían «volver». Se tiene noticia de tales «deseos» a través del testimonio directo de familias y de varios terroristas arrepentidos que se han entregado a los servicios de seguridad, colaborando en oscura medida con las unidades anti terroristas.
Diez mil euros de rescate
Los expertos llaman «resucitados» a esos jóvenes franceses que desearían «volver a la vida», en su patria de nacimiento. Muchas familias han «confesado» su inquietud y deseos a los especialistas del ministerio del Interior. Algunas madres han llegado a pagar unos 10.000 euros, en la frontera turco siria, para conseguir el «rescate» de unos hijos descarriados.
La «vuelta a casa» de los yihahistas, no siempre arrepentidos, suscita una inquietud muy viva: se teme el riesgo de atentados de nuevo cuño. En unas declaraciones al matutino conservador Le Figaro, Loïc Garnier, director de la Unidad de coordinación de la lucha anti terrorista, describe de este modo los motivos de inquietud muy viva: «Hay una parte de los yihadistas que desea volver, a sabiendas que la reintegración no será fácil. Muchos de ellos pudieran ser inculpados por complicidad en crímenes terroristas. Los que se entregan voluntariamente son interrogados meticulosamente; y prestan una ayuda preciosa. Pero hay otra categoría… la de los yihadistas capaces de morir matando, dispuestos a morir por el Califato, por Alá, creyendo que irán a su paraíso islámico. Estos son muy peligrosos. Debemos ser muy vigilantes. La amenaza está ahí, emboscada».
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