Francia teme actos terroristas tras la liberación de varios presos sospechosos de radicalización islamista

Según el semanario «Le Point», los reclusos han salido de prisión en los últimos días por razones de cierta confusión administrativa

Las fuerzas policiales antidisturbios trabajando en una operación para albergar inmigrantes AFP

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Francia teme acciones criminales y terroristas durante y después del confinamiento tras la liberación de un número impreciso de sospechosos de radicalización yihadista, terroristas islámicos potenciales. Según el semanario «Le Point», 130 sospechosos de radicalización islamista habrían sido liberados los últimos días, por razones de cierta confusión administrativa.

La Asociación Francesa de Criminología (AFC) acepta esa cifra como «plausible». Respondiendo a una pregunta al Gobierno, en la Asamblea Nacional (AN), Christophe Castaner, ministro del Interior, ha afirmando que se trata de una cifra «totalmente inexacta», confirmando, sin embargo, la liberación de 25 sospechosos de radicalización yihadista «por razones totalmente normales: habían cumplido su pena».

La respuesta del ministro del Interior no convence completamente al semanario «Le Point» y otros medios, que persisten en insistir en la «veracidad» de sus cifras, avanzadas por fuentes penitenciarias.

El ministerio de Justicia ha ordenado o aceptado la liberación de más de 8.000 detenidos , entre el 15 de marzo y el 1 de abril, en el marco de una política concebida para intentar evitar la propagación del coronavirus. Se pensó que la liberación anticipada de muchos reclusos permitiría evitar una crisis «difícil de contener» en las cárceles de Francia.

El 1 de marzo pasado, según las cifras oficiales, 72.400 detenidos purgaban penas de muy diversa índole en las prisiones francesas. Un exceso de población penal superior al 119% de la capacidad de las cárceles nacionales. El 7 de abril pasado, esas cifras se habían reducido a 64.439 detenidos, en torno al 107 % de la capacidad.

Las revelaciones del semanario «Le Point», confirmadas parcialmente por el ministerio del Interior, sobre la liberación de sospechosos de radicalización islamista, han disparado las alarmas entre algunos especialistas.

La semana pasada, un sudanés de treinta años, Abdallah Ahmed Osman, mató a dos personas e hirió a otras cinco , en la pequeña localidad de Romans-sur-Isère (32.000 habitantes), en el departamento de la Drôme, entre Lyon y Marsella, dos grandes ciudades con una población musulmana muy diversa e importante.

La liberación de 130 o 25 sospechosos de radicalización islamista ha introducido un factor potencialmente inquietante, cuando el confinamiento y el todavía lejano «día después» agravan una angustia social apenas larvada.

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