Francia abre fronteras pero la tensión aumenta con 4.000 camiones varados en Reino Unido
Los primeros vehículos llegaron al puerto de Calais sobre las 03:30 hora local
Reino Unido y Francia han llegado a un acuerdo para que se abra la frontera entre ambos países, que las autoridades francesas decidieron cerrar el domingo por temor a la nueva y más contagiosa cepa de coronavirus detectada en Reino Unido, siempre y cuando los conductores de los camiones presenten un test de Covid-19 negativo. Sin embargo, el cansancio, el frío, el hambre, y sobre todo, la frustración, han hecho mella en los conductores, algunos de los cuales se enfrentaron ayer con la policía en Kent. Y es que pese a que Francia haya abierto el paso en el Canal bajo la condición de una prueba negativa, es posible que el atasco de 4.000 vehículos tarde unos días en despejarse.
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Así lo declaró el secretario de Vivienda y Comunidades británico, Robert Jenrick , que explicó a la prensa local que los chóferes recibirán pruebas rápidas, con resultados en unos 30 minutos, y que en caso de dar positivo se les realizará una PCR. Si vuelven a dar positivo, serán puestos en cuarentena en un hotel. «Desearía que los eventos no se hubieran desarrollado de la forma en que lo han hecho, pero ahora tenemos que seguir adelante y asegurarnos de que el tráfico fluya lo más rápido posible a través del Canal», manifestó el ministro.
Pruebas rápidas
«Incluso con estas pruebas rápidas, esto será un absoluto desastre», opinó por su parte en declaraciones a «The Telegraph» Raluca Marian , delegada general ante la UE de la Unión Internacional de Transporte por Carretera, quien reconoció que aunque «hoy nos encontramos en un lugar mejor que ayer», es posible que muchos conductores no lleguen a sus destinos hasta después de la noche de fin de año. Rod McKenzie, de la Asociación de Transporte por Carretera, describió la situación como «caótica». «Están cansados, frustrados, y desean desesperadamente llegar a casa para Navidad», dijo. Detalló que la información que han recibido es « extremadamente deficiente », y que las instalaciones sanitarias a las que tienen acceso son «inadecuadas».
Entre los camioneros frustrados y cansados hay muchos españoles. Conductores como Esteban López. Lleva desde la madrugada del domingo apartado de su ruta de regreso. Salió desde Lanjarón (Granada), a los pies de las Alpujarras, con un cargamento de calabacines con destino a Birmingham. «La suerte es que los que hacemos ruta internacional estamos preparados de comida, agua, de todo lo más necesario, porque no te vas parando a comer todo los días, pero otra gente no venía así, en camiones más pequeños de Europa del Este, que van al día», explica este transportista curtido en otros imprevistos, informa José Luis Fernández.
A las pésimas condiciones en las que se encuentran hay que sumarle el desconsuelo de no poder volver a casa por Navidad. «Hay filas y filas de camiones, tirados, sin ayuda. No sabemos cuándo podremos regresar . Mi previsión era estar en casa en Nochebuena para ir a comer con mi familia, pero ahora tengo claro que no va a poder ser así porque en cada ferry entran medio centenar de camiones y aquí a miles», lamenta Sebastián Pérez, conductor del Grupo Belzunces de Huércal-Overa (Almería). Sebastián continuará parado con su vehículo en un área junto a la carretera. «Es una locura porque nos dejan entrar, pero no salir de Inglaterra, nunca me había visto en una situación así, alguna vez en Alemania con las nevadas, pero allí lo solucionan rápidamente y nos dan la ayuda que necesitemos». Este camionero pasará la Nochebuena «blindado» en su camión. Tiene miedo a la nueva cepa de coronavirus y más después de ver cómo en las plataformas donde ha descargado «nadie llevaba mascarilla». «Es sorprendente, nos encierran , pero ellos no se protegen. Para qué voy a decir otra cosa, tengo miedo, no me voy a juntar con otros compañeros porque no sé con quién han estado y si han pillado algo», informa Raquel Pérez.