La Fiscalía francesa investiga a la mano derecha de Macron en el Elíseo por supuesta corrupción
Anticor, asociación de lucha contra la corrupción política, ha presentado contra Kohler dos querellas que deberán ser instruidas judicialmente, acusándolo de posibles delitos de tráfico de influencias y conflicto de intereses
El fantasma de la corrupción corre por los pasillos del Elíseo. El funcionario más influyente de Francia, secretario general de la presidencia de la República, Alexis Kohler , brazo derecho de Emmanuel Macron , está amenazado por una querella penal, acusado de posibles delitos de tráfico de influencias y conflicto de intereses.
Basándose en revelaciones periodísticas, parciales, pero nunca desmentidas, Anticor , asociación de lucha contra la corrupción política, ha presentado contra Kohler dos querellas que deberán ser instruidas judicialmente, acusándolo de posibles delitos de tráfico de influencias y conflicto de intereses .
La familia de Alexis Kohler tiene íntimos lazos empresariales con la sociedad Mediterranean Shipping Company (MSC), líder mundial del transporte marítimo de mercancías, con una cifra de negocios superior a los 20.000 millones de euros .
La madre del secretario general del Elíseo es prima hermana de Rafaela Aponte, cofundadora, con su marido, de MSC, una empresa en la que Alexis Kohler trabajó como director financiero del grupo.
Anticor ha transmitido a la justicia unas sospechas de imprevisible calado.
Como alto funcionario en el ministerio de economía y finanzas, los últimos años, Alexis Kohler estuvo en una situación comprometida, rozando o cometiendo presuntos delitos de tráfico de influencias y conflicto de intereses. Como secretario general del Elíseo y mano derecha del presidente de la República Kohler, desde hace un año, corre el riesgo de suscitar las mismas sospechas de fondo.
Según el artículo 432-12 del Código penal francés, cualquier « depositario de la autoridad pública , como responsable de misiones de servicio público» corre el riesgo de ponerse fuera de la Ley, «si toma, recibe o conserva intereses de cualquier tipo en empresas privadas, cuyas operaciones deban someterse a la vigilancia de las administraciones públicas». Pudiera ser el caso de Kohler.
Como alto funcionario, en el ministerio de economía y finanzas, durante la presidencia de François Hollande , Kohler pudo sentir la tentación, sin confirmar, de influir de alguna manera, favoreciendo los intereses directos o indirectos de una gran empresa multinacional, muy próxima a su familia.
Las acusaciones de Anticor deberán ser estudiadas e instruidas por la justicia, antes de comenzar o no comenzar un proceso de imprevisible sentencia.
En el terreno judicial, solo existen sospechas fundadas o infundadas, está por ver, de posibles delitos de tráfico de influencias.
En el terreno político, por el contrario, la mera sospecha de tales eventuales delitos, abre una brecha inflamable en el corazón del Estado.
Las sospechas que pudieran mancillar la imagen del secretario general del Elíseo no afectan directamente al presidente Emmanuel Macron. Pero, si la instrucción sigue su curso, la situación corre el riesgo de pudrirse lentamente.
De entrada, los portavoces oficiosos del presidente Macron reaccionan con un silencio embarazado , a la espera de acontecimientos. De momento, nadie evoca la eventual dimisión del funcionario más influyente de Francia.
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