Las filas de «Remain» se refuerzan con el apoyo de nuevas personalidades

Sayeenda Warsi, ex copresidenta del Partido Conservador, deja «Leave» #por sus «mentiras y xenofobia». Hasta #la Premier League apuesta por la UE

Los padres de Jo Cox, durante su homenaje AFP

LUIS VENTOSO

Hace una semana, los mercados sudaban y la libra caía con fuerza ante tres encuestas simultáneas que ponían por delante al Brexit . La campaña de Boris Johnson y Michael Gove , basada en una apelación nacionalista de índole sentimental y en la crítica cruda contra los inmigrantes, calaba a fondo en la sociedad inglesa. La victoria de «Leave», una quimera hace solo unos meses, se tornaba plausible ante la mirada perpleja del establishment. Pero «Remain» se ha ido recuperando y ayer la Bolsa y la libra lo aplaudieron. La divisa británica experimentó su mayor subida desde el 12 de febrero, un 2,3% frente al dólar y un 2% ante el euro. La Bolsa, el FTSE 100, también aplaudió los vientos favorables al «In», y cerró con una ganancia del 3%.

¿Está entonces ganado el referéndum? Para nada. En el resumen de sondeos de «Financial Times» se observa un empate a solo dos días de la votación: 44%-44% (cierto que las casas de juego lo ven más claro: 75% de posibilidades para Remain y 25% para Leave).

Ningún resultado sería sorprendente a estas horas. Las voces de peso a favor de «Remain» se acumulan. Hasta la Premier League ha pedido el «In» por boca de su presidente, apelando a que es una organización abierta al mundo. Richard Branson, el multimillonario dueño del conglomerado Virgin, con 70.000 empleados en el Reino Unido, ha advertido de que salir de la UE supondría una desgracia para sus hijos y sus nietos. Además, ha hecho lo que Cameron y Osborne nunca se han atrevido a hacer, defender la idea de Europa en positivo. «Mi padre Ted peleó en el Norte de África, Italia y Alemania durante la II Guerra Mundial. Mi abuelo sobrevivió a los horrores de las trincheras en la Primera. Uno de los grandes logros de la UE es que ha mantenido a sus socios alejados de otra guerra».

Público enardecido

Pero en los debates televisivos con público se observa, una y otra vez (la última con Cameron en la noche del domingo), que el público se enardece y aplaude en cuanto surgen las críticas a la inmigración y a las apelaciones al orgullo patriótico (el clásico «somos un gran país y podemos seguir adelante solos»).

Ayer la campaña prácticamente se paró por el emotivo homenaje a Jo Cox en los Comunes. Pero esta noche, a las nueve hora española, se vivirá uno de sus hitos finales: un debate de la BBC en directo desde el Wembley Arena, la sede de la selección inglesa y de los macroconciertos de rock. Se ofrecían 6.000 entradas y ha habido una demanda de 20.000. El espectáculo político promete, se enfrentarán dos equipos de tres contendientes, capitaneados por dos pesos pesados: el carismático Boris Johnson por «Leave» y su sucesor en la alcaldía de Londres, el musulmán Sadiq Khan, capitaneando a «In». Boris juega en casa -en los Juegos Olímpicos, cuando era alcalde, el estadio rompió espontáneamente a corear su nombre-, pero Khan es un enemigo recio, que tendrá a su lado a la emergente líder de los tories en Escocia, la estupenda Ruth Davidson. Si Boris logra enardecer a un graderío con miles de personas, será un enorme espaldarazo para el Brexit. Para suavizar sus ribetes broncos, como escuderas lleva a dos mujeres, una diputada laborista y la secretaria de Estado de Energía.

«Remain» ha recibido el apoyo inesperado de Sayeeda Warsi , de 45 años, copresidenta del Partido Conservador entre 2010 y 2012, quien anuncia que deja «Leave» por «sus mentiras y su xenofobia». «Leave» le ha contestado que no los puede dejar, porque nunca se había sumado formalmente a su plataforma.

Inmigrantes de éxito

La historia familiar de Sayeeda Warsi, de 45 años, es un ejemplo de inmigrantes de éxito. Sus padres llegaron a West Yorkshire, el mismo lugar donde la semana pasada fue asesinada Jo Cox, procedentes de Pakistán. El progenitor trabajó en una mina y como conductor, hasta que montó una fábrica de camas con la que ganó mucho dinero. El ejemplo llevó a Warsi a abrazar el ideario del Partido Conservador . Fue secretaria de Estado por dos veces en el Gobierno de coalición de Cameron, hasta que dimitió en 2014, molesta por su posición ante la crisis de Gaza.

«Veo a esa gente y no es la clase de gente con la que me gustaría ir en un autobús nocturno. ¿Por qué los voy a querer entonces para dirigir mi país? No quiero a la campaña Leave gobernando», razona Warsi. Explica que su antiguo bando la ha decepcionado y que el cartel de Nigel Farage, el líder eurófobo de UKIP, utilizando el drama de los refugiados fue «la gota que colmó el vaso». «¿Estamos dispuestos a contar mentiras, expandir el odio y la xenofobia solo para ganar una campaña?», se cuestiona la baronesa Warsi, miembro de la Cámara de los Lores. Ella ha concluido que no. Pero tal vez parte de la Inglaterra profunda piensa que sí vale la pena.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación