La familia del copiloto de Germanwings defiende su inocencia

«Quiero destacar que nuestro hijo no estaba deprimido en el momento de la caída» del avión en los Alpes franceses, ha asegurado Günter Lubitz en el segundo aniversario de la tragedia aérea

Günter Lubitz (i), padre del copiloto de Germanwings, y el periodista Tim van der Beveren, tras una rueda de prensa este viernes en Berlín AFP

El experto al que la familia Lubitz ha encargado una investigación privada es Tim van der Beveren , un conocido periodista especializado en aviación que mantiene que era imposible que en menos de 48 horas tras el siniestro Lufthansa pudiese ofrecer una causa del mismo con pruebas concluyentes. Sugiere que la aerolínea optó por culpar a un copiloto al que retrató como depresivo crónico , retando a los responsables a presentar un solo documento médico que pruebe que en el momento de la catástrofe sufría una depresión.

«Quiero destacar que nuestro hijo no estaba deprimido en el momento de la caída», ha defendido Günter Lubitz , padre del copiloto, mostrando varias pruebas médicas de que en los seis años que antecedieron a la tragedia su hijo era una persona «llena de vida», «psicológicamente sano» y que se «había recuperado totalmente» de una depresión sufrida en 2009. Lo ha descrito además como «muy centrado» y «responsable», una persona «incapaz de hacer daño a otras».

Ha recordado que Lufthansa nunca ha aclarado cómo es posible que los controles psicológicos a que periódicamente se someten todos los pilotos no alertasen sobre la supuesta depresión y ha relatado el sufrimiento familiar durante estos dos años , no solo por haber perdido un hijo, sino por soportar en silencio «esas acusaciones infundadas según las cuales era un asesino en masa depresivo».

«Es de muy mal gusto que hayan elegido este día y esta hora para hablar»

A las puertas del Hotel Maritim de Berlín Mitte se han acercado algunos familiares de víctimas del siniestro para expresar su disgusto por estas declaraciones. «Para nosotros no hay quién se explique qué quieren ahora. ¿Por qué han guardado silencio durante dos largos años? ¿Qué quieren ahora? Y es de muy mal gusto que hayan elegido este día y esta hora para hablar, justo cuando las familias está depositando flores en el lugar en el que perdieron a sus seres queridos…», se ha quejado el primo de una de las víctimas.

Günter Lubitz se ha defendido de esas acusaciones. «Nosotros también perdimos a un hijo y a un hermano . Nosotros también lloramos hoy la pérdida. Las reacciones hubiesen sido las mismas independientemente del día que hubiéramos elegido para hacer pública nuestra versión de los hechos y hoy, el mismo día y la misma hora a la que murió mi hijo, es una forma de estar con él», ha explicado.

Durante estos dos años, la familia ha reunido pruebas buscadas en ámbitos «que la investigación oficial ni siquiera miró », denuncia Beveren. A la luz de las pruebas, «Andreas no tenía motivo alguno para planear un suicidio y llevarlo a cabo. Menos aún para arrastrar a la muerte a 149 inocentes, pero a los investigadores oficiales les bastaron unas horas para decir al mundo que el único culpable era el copiloto, no he visto algo así en los 25 años de profesión», ha denunciad.

La conclusión oficial , sin embargo, fue que el vuelo 4U9525 de Germanwings, filial de bajo coste de la aerolínea alemana Lufthansa, que había despegado de Barcelona el 24 de marzo a las 10.10 horas con destino a Dusseldorf , se estrelló contra los Alpes franceses por la acción deliberada y suicida de su copiloto. De acuerdo con las conclusiones de las fiscalías francesa y alemana, Andreas Lubitz estrelló el aparato de Germanwings aprovechando la ausencia momentánea del piloto, al que bloqueó la puerta de acceso a la cabina tras quedarse solo en su interior, pero hasta ahora «no hay ni una prueba fundamentada» de que Andreas «planeara una acción así».

Acusaciones a la prensa

En su ajuste de cuentas con la tragedia, el padre del copiloto acusa también a la prensa de haber «comprado una versión sin pruebas» y haber «difundido al mundo entero una imagen falsa» de su hijo. «Triunfó un enfoque sensacionalista» , ha lamentado, justificando en su disgusto el hecho de haber convocado una rueda de prensa a la que solo algunos medios de comunicación elegidos personalmente por él han asistido, en lugar de optar por un acto abierto en el que estuviera dispuesto a responder a preguntas de cualquier periodista.

Según revelaron los investigadores tras la tragedia, Lubitz había pasado en los años anteriores por unas 40 consultas médicas por diversos trastornos psíquicos y depresiones, tenía tendencias suicidas y estaba el día de la catástrofe de baja médica, pero lo había ocultado a sus superiores. Sin embargo, el padre del copiloto considera que «la tesis del asesinato múltiple planificado no se sostiene».

«Queremos restaurar la imagen y la reputación de nuestro hijo», ha defendido el padre en nombre de toda la familia Lubitz, recordando cómo la tumba de su hijo, en el cementerio local , ha sido reiteradamente ultrajada con pintadas y destrozos varios. «Exigimos a las autoridades una investigación más concienzuda para llegar a la causa final del siniestro», ha dicho, «para eso nosotros no tenemos medios. Al menos podemos demostrar que Andreas no era la persona que la aerolínea y los medios de comunicación hicieron creer al mundo, pero todavía falta por saber qué pasó exactamente en ese avión».

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