El exasesor de Johnson pone en entredicho la versión oficial del 'premier' británico sobre las fiestas

El primer ministro niega las acusaciones de Cummings y alega que nadie le advirtió

Boris Johnson y su exasesor especial Dominic Cummings salen de la parte trasera de Downing Street en el centro de Londres AFP

EP

A la constante polémica sobre las fiestas celebradas en Downing Street se ha sumado Dominic Cummings , asesor clave para el ascenso de Boris Johnson y que, tras salir malparado del Gobierno, ha acusado al primer ministro de mentir en su relato ante la Cámara de los Comunes en relación a su supuesto desconocimiento de las fiestas.

Los matices de Cummings se refieren a una fiesta celebrada el 20 de mayo de 2020 y a la que habían sido invitadas unas cien personas, aunque luego asistieron en torno a 30. Johnson alegó la semana pasada ante los diputados que no tuvo constancia de antemano del evento y que, dado que estaba trabajando en Downing Street, asistió durante 25 minutos para dar las gracias a los funcionarios por los esfuerzos en los primeros compases de la pandemia de Covid-19.

Cummings, que por aquel entonces trabajaba como brazo derecho de Johnson, ha asegurado que éste sí fue advertido de antemano no sólo de la celebración de la fiesta, sino de que el evento incumpliría las restricciones impuestas para contener la expansión del coronavirus. El 'premier', sin embargo, lo ignoró, según el relato que el exasesor publica en su blog.

Otras dos fuentes de Downing Street han confirmado a la cadena BBC que recuerdan cómo Cummings desaconsejó ese día a Johnson que acudiese a la fiesta, pero el Gobierno por ahora se ciñe a la versión oficial de su líder, que ha bajado el perfil público en estos últimos días.

Johnson, sin embargo, sí ha querido salir al paso de esta última polémica, rechazando «categóricamente» la versión de Cummings. «Nadie me advirtió de que iba contra las normas», ha dicho, para acto seguido apuntar que «lo habría recordado». Asimismo, ha vuelto a pedir perdón por los errores cometidos y ha insistido en que creía que había asistido a una reunión de trabajo.

El primer ministro ha declarado, durante una visita a un hospital, que no vio un correo electrónico de su secretario en el que se le invitaba a « bebidas con distancia social en el jardín » de Downing Street. «No lo vi hasta el otro día», ha aseverado.

El viceprimer ministro, Dominic Raab, también ha afirmado que Johnson «ha dejado claro» que no conoció de antemano la convocatoria de la fiesta y que la tomó por una reunión de trabajo más, lo que implica considerar irreconciliables la versión del jefe del Gobierno y la de Cummings.

Raab, no obstante, sí ha reconocido que cualquier alto cargo que mienta en la Cámara de los Comunes debe dimitir . «Normalmente», al menos, es lo que corresponde, según Raab, que ha apelado en un entrevista a la BBC al código de conducta que rige los comportamientos de funcionarios públicos.

En unos días podrían conocerse las conclusiones de la auditoría encargada para depurar responsabilidades de las polémicas fiestas, por lo que Johnson en principio no tiene previsto pronunciarse más sobre este tema. Un portavoz de Downing Street ha recordado que el 'premier' ya pidió perdón en el Parlamento y «hablará de nuevo una vez concluya la investigación».

Interrogado expresamente por si dimitiría en caso de que se demostrase que mintió, Johnson se ha limitado a decir: «Vamos a ver lo que dice el informe».

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