Apuñala a un policía en Michigan al grito de «¡Alá es grande!»

Nacido en Canadá y de raza blanca, el atacante dejó al agente en estado crítico

Aeropuerto de Míchigan

MANUEL ERICE

El terrorismo yihadista puede haber vuelto a actuar en Estados Unidos, si el FBI confirma en su investigación que un hombre de raza blanca, nacido en Quebec y que portaba un pasaporte canadiense, actuó con esa motivación cuando apuñaló a Jeff Neville, un teniente de policía retirado que trabaja ahora para la Oficina del Sheriff del condado, en el aeropuerto internacional de Bishop, en Flint (Michigan). El hecho ocurrió mediada la mañana, cuando el atacante se abalanzó contra el agente al grito de «¡Allahu Akbar!» («¡Alá es grande!») y le asestó varias puñaladas en la espalda y en el cuello. Poco después, la policía detuvo al agresor, mientras la víctima era trasladada de urgencia al Hurley Medical Center, donde anoche permanecía en estado crítico, según comunicó la Policía de Michigan.

Testigos presenciales describieron los momentos de terror que se vivieron cuando el agente herido, apoyado con las manos y las rodillas en el suelo, sangraba abundantemente por el cuello, según relató a las televisiones Ken Brown, un viajero que se encontraba cerca de la zona de facturación, donde se produjo el ataque. Otras personas vieron cómo un cuchillo permanecía en el suelo junto al agente atacado, el arma que presumiblemente dejó caer el agresor cuando culminó su apuñalamiento. El aeropuerto de Bishop, que está situado a cincuenta kilómetros de Detroit, la primera ciudad de Michigan, fue evacuado de inmediato y cerrado al tráfico .

La investigación

La investigación de la Oficina Federal, que trabaja en colaboración con las autoridades locales, se centra en confirmar si se trata de un ataque terrorista, de origen yihadista, la primera de sus hipótesis. Y en tal caso, si es obra de un radicalizado que actuó por su cuenta, o si tenía contactos con personas potencialmente peligrosas. En su primer comunicado, el FBI no se pronunció al respecto, pero sí recalcó su creencia de que se trataba de «un hecho aislado, sin más riesgo para la comunidad de Flint».

El último ataque de signo yihadista tuvo lugar el pasado 31 de enero, cuando un oficial de tránsito fue asesinado a tiros en Denver (Colorado) por un veterano del ejército, mentalmente enfermo, que se había convertido al islam. Semanas antes, un ex miembro de la Guardia de Alaska de origen hispano, Esteban Santiago, había sembrado el terror en el aeopuerto de Fort Lauderdale (Florida) matando a tiros a cinco personas e hirió a seis. Santiago confesó que se había radicalizado viendo videos de Daesh en internet. Los precedentes más graves y recientes se sitúan en San Bernardino (California), donde un matrimonio, también radicalizado en las redes sociales, asesinó a tiros a 16 personas en un centro médico, y en Orlando (Florida), donde el neoyorquino de origen afgano, educado en el islam, cubrió de sangre un nightclub causando 50 muertos y 53 heridos.

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