Estupor en Portugal: el 1º de Mayo en la calle

El Gobierno socialista de Antonio Costa autorizó la manifestación con «distancia social» en pleno centro de Lisboa, convocada por la Confederación General de Trabajadores y el Partido Comunista

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Francisco Chacón

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El día que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump , telefoneaba al presidente Marcelo Rebelo de Sousa para felicitar al país vecino por la gestión de la pandemia, la Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP) y el Partido Comunista salieron a la calle para conmemorar el 1º de Mayo.

Cierto que no se trataba de concentraciones como las de todos los años, pero la manifestación en pleno centro de Lisboa (en la Alameda, al final del distrito de Arroios y muy cerca de la estatua de Magallanes) reunió a cientos de personas para « defender los derechos de los trabajadores », según apuntaron sus convocantes.

Una reivindicación que, dado el contexto actual de confinamiento generalizado, se puso en pie siguiendo un nuevo concepto, que implica mantener la distancia social . Incluso pudo verse a manifestantes que llevaban mascarillas especialmente diseñadas para la ocasión, como si de un ‘souvenir’ se tratara.

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Y todo el último día que estaba en vigor el estado de emergencia decretado por el Gobierno socialista de Antonio Costa un mes y medio atrás, a lo que se añade que justo en la misma fecha Portugal sobrepasó la cifra de los 1.000 muertos a consecuencia del coronavirus.

La difusión de las imágenes del acto provocó una oleada de indignación en las redes sociales. ¿Cómo es posible que se autorizase una manifestación de estas características mientras se pide a los portugueses que se mantengan en sus casas ? ¿Cómo es posible que el primer ministro diera luz verde a semejante conmemoración? ¿Cómo es posible que ni la organización ni los asistentes pensara no ya que se perjudicaban a sí mismos, sino que el virus podría quizás extenderse en los próximos días?

Para colmo, el mayor foco de infección de Lisboa se ubica a medio kilómetro de allí, en línea recta. Se trata del hostal Aykibom , que operaba de manera ilegal hace unos 10 días, antes de descubrirse que 138 de sus 200 huéspedes (oficialmente ‘refugiados’, aunque en la práctica inmigrantes indocumentados) habían dado positivo en los análisis.

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Así las cosas, el estupor está servido y hasta se alzan voces que acusan a la izquierda (los comunistas por organizar la protesta, los socialistas por aprobarla) de creerse «por encima de la ley», sin tener en cuenta la salud de todos los ciudadanos.

Las incógnitas crecen por momentos en Portugal: si todas las actividades públicas están suspendidas, ¿por qué permitir esta manifestación? ¿tanta prisa corría?

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Hace una semana era el día del 46º aniversario de la Revolución de los Claveles y los habituales desfiles populares fueron anulados. Únicamente se celebró un recordatorio en el interior de la Asamblea de la República.

Pero ahora no parece haber prevalecido el sentido común del que viene haciendo gala el Ejecutivo socialista desde que arrancó la crisis sanitaria. Así lo acreditaron quienes pasaban por la zona de la Alameda, justo donde se sitúa la parada de Metro del mismo nombre.

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