Estados Unidos libera al último preso británico que quedaba en Guantánamo
Detenido en 2001 en Afganistán se le acusó de luchar para Bin Laden pero nunca fue juzgado
Shaker Aamer, de 46 años y nacido en Arabia Saudí pero casado con una ciudadana británica, llegó hoy en un jet privado a Londres a la una de la tarde, tras ser liberado de la prisión de Guantánamo. Había permanecido preso casi 14 años en el limbo de la base estadounidense del Este de Cuba, sin que llegasen a formularse nunca acusaciones formales para llevarlo a juicio.
En el pequeño aeropuerto de Biggin Hill, al suroeste de Londres, lo esperaban tan solo sus abogados, pues había pedido que sus familiares no acudiesen allí. Casado con Zih Siddique, tienen cuatro hijos. El último nació el mismo día en que Aamer fue detenido en Afganistán, a finales de 2001, poco después del atentado del 11-S. Aamer fue apresado por la Alianza del Norte, el grupo pastún anti-talibán, y lo entregaron a los estadounidenses. El preso alegó que era un trabajador humanitario de una onegé islámica . Pero el espionaje estadounidense sostenía que había combatido a favor de Bin Landen en la batalla de Tora Bora. Tras dos meses en la base aérea americana de Bagram, en Kabul, donde sostiene que fue torturado en presencia de oficiales británicos, en febrero de 2002 fue enviado a Guatánamo, donde ha permanecido hasta ahora.
En 2005 mantuvo una huelga de hambre que lo dejó en la mitad de su peso. También asegura que pasó allí 360 días aislado y que con frecuencia era golpeado y sometido a privación de sueño.
En 2007 se decidió su liberación, que fue sucesivamente aprobada por George Bush y Obama, pero que solo ahora ha llegado. El pasado enero Cameron había pedido a Obama la libertad de Aamer. El primer ministro ha dado la «bienvenida» a su llegada a Londres.
Sobre el papel, Aamer es un ciudadano plenamente libre, que podrá vivir en el Reino Unido al estar casado con una británica. Pero no se descarta que sea sometido a la vigilancia del espionaje del MI5 . También se da por hecho que recibirá una indemnización de las arcas públicas británicas de un millón de libras, porque fue la cantidad que se abonó a los presos ingleses liberados en 2010 a cambio de no entablar pleitos.
El avión en que llegó a Londres era un jet de negocios, del que no consta propietario y que está matriculado en Utah. Se cree que lo fletaron los servicios secretos estadounidenses . En el aeropuerto lo aguardaba una ambulancia y será sometido a un chequeo en un hospital. Hay dudas no solo físicas, sino sobre su estado mental, pues se cree que puede padecer estrés post traumático . Su abogado asegura que presenta «un terrible estado de salud».
Lo primero que hizo tras salir libre fue pedir una taza de café. Su suegro dice que verlo en Londres es «un milagro y una sorpresa». Sus letrados explican que solo quiere «que se conozca la verdad, no perseguir a nadie».
En Guantánamo quedan todavía 112 presos . Obama ha prometido varias veces cerrar la prisión, que llegó a contar con 780 reclusos. Además de los episodios de malos tratos, ha sido un baldón para la democracia estadounidense al detener a acusados sin someterlos al imperio de la ley, reteniéndolos de manera arbitraria, a veces incluso siendo inocentes. Aunque en muchos casos, como el de Aamer, siempre quedará la duda. Algunos think thank de seguridad británicos recomiendan al Estado que lo vigile.
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