Estados Unidos hará lo posible por capturar a Maduro
La decisión de elevar cargos por narcotráfico contra la camarilla chavista se tomó hace seis meses, desde entonces las fiscalías han trabajado para presentar el caso
Donald Trump venía insistiendo en que marzo iba a ser importante en la campaña contra Nicolás Maduro, y así ha ocurrido. Ahora sabemos que hace seis meses se tomó la decisión de presentar cargos contra él y otros máximos responsables del régimen en una macro causa centrada en el narcotráfico, y desde entonces hasta cinco jurisdicciones judiciales federales estadounidenses han trabajado intensamente en la coordinación de sus informaciones. Testigos protegidos que a lo largo de los años ya habían ofrecido sus testimonios a los agentes de las distintas fiscalías volvieron a ser llamados para testificar esta vez ante un gran jurado y poder formalizar así las acusaciones.
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Por ello, quienes simplistamente han dicho que todo esto se debe al particular momento –debilidad del régimen chavista a causa de la crisis del coronavirus, o bien debilidad de Trump ante el electorado de Florida– desconocen que procesos judiciales de este tipo requieren de un trabajo previo que no se resuelve en dos días.
Escuchas de conversaciones
Fuentes que han colaborado en el avance de la causa aseguran que Estados Unidos hará todo lo posible por capturar a Maduro. Se descarta una operación como la que los estadounidenses protagonizaron en 1989 en Panamá para detener a Manuel Noriega (el único caso previo de un mandatario por el que EE.UU. ha ofrecido recompensa), pero caben otras operaciones «quirúrgicas» que pueden llevar al mismo resultado. Además, cualquier movimiento fuera de Venezuela podría ser aprovechado para interceptarle.
Lo que está claro es que EE.UU. tiene acceso a escuchas que le aportan una gran información sobre Maduro y su entorno. Eso se ve en el «indictment», donde se incluyen conversaciones mantenidas en el círculo estrecho del poder.
Por ejemplo, se describe una conversación de 2009 en la que Cabello consideraba que la salida del poder del aliado chavista Gabriel Zelaya en Honduras les iba a «joder el negocio» y Maduro se comprometía a intentar que ese cambio de gobierno no les fastidiara sus conexiones de narcotráfico. O la bronca que en 2013 Maduro les echó a Cabello y Carvajal por haber usado el aeropuerto de Maiquetía para un gran envío de droga en lugar de vías menos llamativas.
Colaboración de Clíver Alcalá
Llama la atención que el «indictment» sitúa a Maduro en el centro de la trama desde el comienzo, cuando en realidad el papel central correspondió a Hugo Chávez hasta su muerte. Con ello se quiere indicar que Maduro, aun con responsabilidades que en principio diríanse menos propicias para asuntos relacionados con el narcotráfico, como la de dirigir el Ministerio de Asuntos Exteriores, estuvo igualmente vinculado desde el principio a ese negocio. Luego, al suceder a Chávez en la presidencia también le sucedió como supervisor del Cartel de los Soles.
También resulta curioso que en la acusación se haya incluido a Clíver Alcalá. El militar fue decisivo en la puesta en marcha del cartel chavista, pero su vinculación habría terminado poco antes de la muerte de Chávez; nunca fue una persona cercana a Maduro, quien prescindió completamente de él. De hecho, luego estuvo en contacto con las autoridades estadounidenses analizando algún tipo de cooperación, cuestión que nunca se concretó del todo por la desconfianza que sembraba.
Su inclusión en la causa buscaba precisamente forzar su entrega, como ha ocurrido: Clíver Alcalá se entregó a la DEA en Colombia el viernes por la tarde e inmediatamente fue conducido a Nueva York. Ahora deberá aportar información que condene a los otros encausados.
Hechos probados
La causa contra Maduro, Cabello, Carvajal, Alcalá y dos dirigentes de las FARC (alias Iván Márquez y Jesús Santrich) ofrece muchos detalles de hechos delictivos. EE.UU. también ha extendido acusaciones contra el ministro de Defensa, Vladimir Padrino; el presidente del Tribunal Supremo, Maikel Moreno; el vicepresidente Tarek el Aissami, y otros individuos. La siguiente relación recoge solamente los hechos probados de la primera de la causas.
–Las FARC cultivaron hoja de coca también en Venezuela, como en la Serranía de Perijá. También procesaron cocaína en el país; precisamente, en 2003 Jesús Santrich recibió 300.000 dólares para establecer un campo de las FARC cerca de Apure con ese fin.
–En 2004, el volumen de cocaína que entraba de Colombia y atravesaba Venezuela era de al menos 250 toneladas anuales. En 2010, se registraron unos 75 vuelos de narco-avionetas, cubriendo la ruta entre Venezuela y Honduras.
–En 2005, Hugo Chávez dio órdenes a miembros destacados de su equipo de apartar de sus cargos a los jueces que no protegieran a las FARC y sus actividades de narcotráfico. En ese mismo año, Venezuela rompió la relación bilateral que había mantenido con la DEA estadounidense.
–En 2006, las FARC pagaron a Maduro 5 millones de dólares obtenidos en el negocio de la droga para proceder a su lavado. Como nuevo ministro de Exteriores, Maduro se ocupó de comprar a Malasia un equipo de extracción de aceite de palma, para su instalación en Apure.
–En 2006, Cabello y Carvajal colaboraron en el envío de un DC-9 cargado con 5,6 toneladas de cocaína, que salió del principal aeropuerto de Venezuela y por una avería tuvo que aterrizar en el estado mexicano de Campeche, con la consiguiente captura de la carga.
–En 2008, Chávez acordó con Iván Márquez usar fondos de la petrolera nacional PDVSA como apoyo a las operaciones de narcotráfico y terrorismo de las FARC. En mismo año, y en otra reunión con las FARC, se acordó entregar dinero y armas a este grupo para que aumentara la producción de cocaína; Maduro se comprometió a hacer lo posible para que la frontera con Colombia estuviera abierta y así facilitar el narcotráfico.
–En 2009, Maduro, Cabello y Carvajal prepararon el envío de cuatro toneladas de cocaína facilitadas por las FARC.
–En 2013, el Cartel de los Soles despachó 1,3 toneladas de cocaína en un avión que viajó de Maiquetía a París, donde la carga fue intervenida.
–En 2014, Maduro ofreció más armas a Iván Márquez a cambio de que las FARC ayudaran a entrenar una milicia armada en Venezuela.
–En 2015, el Cartel de los Soles quitó material al Ejército venezolano para entregárselo a las FARC.