El espía que se esfumó
Sirvió al espionaje soviético desde sus puestos en la BBC y el Foreign Office. Fue unn personaje extravagante y aficionado a los excesos, pero nunca levantó sospechas. Desapareció en 1951 junto a su amigo Maclean
![El espía que se esfumó](https://s2.abcstatics.com/media/internacional/2020/02/03/contra-kEh--1248x698@abc.jpg)
El 26 de mayo de 1951 los diplomáticos Guy Burgess y Donald Maclean tomaron un barco para cruzar el Canal, se desplazaron en tren hasta París y de allí a Zúrich. Subieron a un avión con destino a Praga, desde donde viajaron a Moscú. Su rastro desapareció durante cinco años. El «Daily Mail» llegó a ofrecer una recompensa de 10.000 libras a quien aportara pruebas de su paradero.
Ambos habían servido al espionaje soviético desde mediados de los años 30 cuando fueron reclutados en Cambridge por Kim Philby, que también desertó posteriormente. Y ambos amigos habían filtrado miles de documentos sobre la estrategia militar y política de Gran Bretaña desde su privilegiada situación en el Foreign Office.
La historia de Guy Burgess ha pasado a ser una leyenda por su extravagancia personal, por su perfil público y por su osadía en la traición a su patria. Nadie pensó hasta los días previos a su fuga que podía estar sirviendo a otro país.
Burgess había nacido en el seno de una familia acomodada de origen hugonote. Estudió en las mejores escuelas, entre ellas, Eton. Cursó la carrera universitaria en el Trinity College, donde entró a formar parte del círculo de Keynes y E. M. Forster, dos de los intelectuales británicos más influyentes.
En el ambiente escéptico y refinado de Cambridge, fue captado por el espionaje soviético, que, por recomendación de Philby, vio en él un enorme potencial ya que poseía firmes convicciones comunistas y una gran capacidad de sacrificio. Pero Burgess era también un homosexual notorio y un personaje asiduo a las fiestas.
Burgess fue fichado como ayudante de producción en 1936 por la BBC, con la tarea de seleccionar a líderes políticos e intelectuales para un programa de entrevistas radiofónicas. Eso le permitió acceder a valiosos contactos que le serían muy útiles en el futuro. En esas fechas ya colaboraba con los soviéticos.
El Gobierno de Chamberlain creó la legendaria Sección D en 1938. Su misión era el contraespionaje y el sabotaje. Como Burgess ya había efectuado trabajos esporádicos de inteligencia, fue reclutado para el departamento de enlace con los medios de comunicación. Allí permaneció tres años hasta que en 1941, ya en plena guerra, le destinaron de nuevo a la BBC con el fin de coordinar la propaganda bélica. Ello fortaleció sus contactos políticos y aumentó su prestigio hasta que en 1944 le trasladaron al Foreign Office como responsable de las relaciones con los corresponsales extranjeros.
Pronto fue promocionado al cargo de asesor del Ministerio de Asuntos Exteriores, cuyo titular era Anthony Eden. Burgess tenía acceso a información confidencial, lo que le permitió entregar a sus controladores cientos de documentos en el último año de la guerra. A comienzos de 1950, fue destinado a la embajada de Washington.
A causa de sus borracheras y sus excesos sexuales, empezó a cometer errores y a suscitar algunas dudas. Pero el MI6 creyó hasta el último momento que el traidor era Maclean. El OGPU soviético, que sabía que podía cometer un desliz, le presionó para que se fugara con su amigo. Pasaron cinco años hasta que ambos reaparecieron en Moscú en rueda de prensa. Burgess murió en 1963 con tan sólo 52 años. Nunca volvió a su patria.