El español que se suicidó con su hija en Sao Paulo: «Prófugo internacional, sin trabajo y sin amigos»
El hombre, de 53 años, dejó una carta en el hotel donde explica por qué estaría fugitivo y los problemas que lo llevaron a la muerte
El silencio sobre una tragedia de este fin de semana en el centro de São Paulo, hace eco en la recepción del hotel San Rafael, donde los empleados huyen del asunto y de comentar sobre el huésped español que fue cliente por una semana, y que en la madrugada del sábado se lanzó del piso 17 de ese hotel en el centro de la capital paulista, con su pequeña hija de seis años en los brazos . Ambos murieron instantáneamente.
«No sabemos nada, tenemos muchos huéspedes y no me acuerdo quienes eran esas personas», despista el botones del hotel, sobre los forasteros que estaban registrados hace casi una semana en el último piso. Fundado hace más de 40 años, el hotel tiene casi 300 habitaciones y trata de resistir a la decadencia del centro de la ciudad.
Según la prensa local, el ciudadano español estaba hospedado desde el día 31 de mayo en ese lugar donde la noche cuesta unos 25 euros, pero no tiene pistas que le permita conocer desde cuándo estarían en Brasil.
Sobre la vereda de piedras portuguesas de la avenida São João, el chofer Adriano Trajano , empleado de mantenimiento de la alcaldía de São Paulo, cuenta que llegó minutos después, a las 5 y poco de la mañana, cuando el Instituto Médico Legal (IML) ya había levantado el cuerpo de la niña, pero que llegó a ver la espantosa escena del hombre de 53 años sobre el charco de sangre.
«No tendría fuerzas para ver una escena peor que la que vi»
«Felizmente no vi a la pequeña, no tendría fuerzas para ver una escena peor que la que vi», cuenta Trajano, que esa mañana llegaba con un equipo de operarios para limpiar la acera. «Tuvimos que trabajar en otra manzana porque la Policía ya había aislado el área. Pero nuestro día se acabó en ese instante. Fue muy triste», cuenta.
Con las cintas de seguridad ya retiradas, un empleado del hotel se esforzaba para tratar de limpiar las manchas de sangre, con arena y agua, que insisten en permanecer. «Él dejó una carta. Nadie entiende cómo fue capaz de matarse y matar a su hija», dice Trajano, que oyó decir que el hombre arrojó primero a la niña y se tiró después, y no con ella en los brazos, como consta en los diarios locales.
En la comisaría de Bom Retiro , donde se abrió el caso, los policías también se evaden, pues el expediente está también en manos de Interpol, lo que ha aumentado el misterio sobre el caso. «Es muy secreto, porque hay protección de datos y hay una niña menor», comenta una fuente diplomática.
Contenido de la carta
La Interpol entró en el caso a partir de una correspondencia escrita a mano en castellano donde el hombre, de 53 años, revela que es español y cuenta parte de los problemas que lo llevaron a la muerte. En el mensaje, cita una vida como prófugo internacional , sin trabajo, sin dinero y sin amigos. En la carta, dirigida a una probable pareja, el hombre se queja de una relación fracasada y de engaños, algo que, según su testimonio escrito, le llevó a suicidarse junto a Catita, que sería el nombre de la pequeña.
«Pero no toda la culpa es tuya. Yo también soy culpable de esta situación a la que hemos llegado. Soy un idiota, un estúpido y un confiado que no supo ver a una falsa que utilizó 'el amor' para lograr sus fines egoístas. Por eso está bien que yo me muera y que tú sufras lo indecible », dice la carta que está en manos de la Policía.
La Policía está tratando de averiguar, a partir de las informaciones que encontró en la carta, por qué estaría fugitivo y si era realmente un prófugo de Interpol. Los agentes también investigan las imágenes de las cámaras del hotel para saber si él y su hija recibieron visitas, además de por qué estaba sin papeles en Brasil , quién era la persona que le ofreció empleo y quién sería su pareja, la destinataria de la carta.
«Los últimos días han sido muy felices para mi y mi niña»
En la carta, el hombre explica que mató a su hija porque no tenía a nadie con quien dejarla , lo que no hubiera ocurrido si estuviese en España, al lado de su familia. «Pido disculpas al hotel por el perjuicio que le pueda causar. La verdad es que los últimos días han sido muy felices para mi y mi niña». La carta, a su vez, termina con un dibujo de un corazón.
La Policía encontró documentos que comprueban que eran padre e hija e informó que la habitación del hotel que ocupaban estaba «en orden» y sin signos de violencia . Es probable que la relación familiar haya sido comprobada al registrarse en la recepción, porque el São Raphael es un hotel tradicional del centro y la ley brasileña es muy estricta con la hotelería al hospedar menores de edad.
Ninguna persona conocida de las víctimas estaba en el lugar de los hechos ni hay informaciones sobre quién sería la madre de la niña. El caso fue registrado como homicidio simple y suicidio por la 2ª Comisaría de Bom Retiro y remitido al 3º Distrito Policial, de Campos Elíseos, en el centro de São Paulo.
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