España se juega más de dos mil empleos directos en el Gran Sol
Bruselas presiona a la flota del Mediterráneo, y vuelve a recortar sus días de pesca en 2021
Los obstáculos a un acuerdo entre la Unión Europea (UE) y el Reino Unido se van despejando en este final de infarto. Según la máxima responsable de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen, hay avances en la gobernanza del propio acuerdo. Sin embargo, la pesca aparece como el último obstáculo , despertando el temor del sector pesquero español y europeo de que se convierta en una pieza prescindible. España, junto a otros siete países como Francia, Alemania, Irlanda o Dinamarca, se juega mucho en esta partida y rechaza la pretensión británica de negociar un tratado de pesca separado del acuerdo comercial global. En concreto, en la zona económica exclusiva (ZEE) -que se adentra hasta las 200 millas náuticas de la costa- faenan 88 barcos que generan 2.150 empleos directos. Además de otros 10.750 puestos de trabajo indirectos en puertos como Vigo, Celeiro, Burela, La Coruña, Ondárroa o Santander, según destacan desde Cepesca (Confederación Española de Pesca). Un «cerrojazo» del caladero británico a partir del próximo 1 de enero también afectaría a la actividad de otros 55 buques de bandera española.
En total, en aguas británicas, la conocida como Flota del Gran Sol española, con base en los puertos gallegos, cántabros o vascos captura cada año alrededor de 9.000 toneladas de pescado, principalmente de especies como la merluza, el gallo y el rape, por un valor de 27 millones de euros anuales. En cualquier caso, la balanza comercial de exportaciones pesqueras con el Reino Unido es desfavorable para España. De media en los últimos años, hemos exportado a este país 21.000 toneladas de pescado y productos pesqueros, valorados en 95 millones de euro con un leve descenso en 2018. Lo que contrasta con la media anual de 43.000 toneladas exportadas de mariscos frescos y congelados, principalmente. Es decir, unos 246 millones de euros y con una tendencia positiva.
A nivel europeo, la flota de los ocho países afectados por el posible «cierre» de la ZEE británica -España, Alemania, Bélgica, Dinamarca, Francia, Holanda, Irlanda y Suecia- pesca un total de 640.000 toneladas y conforman una auténtica armada de más de 3.000 embarcaciones.
Posible parada temporal
Por su parte, el secretario general de Cepesca, Javier Garat, advertía a ABC que, en el caso de un Brexit duro, «hay riesgo de que la flota se pare temporalmente » y añadía un elemento más de inquietud: si se cierran las aguas británicas, «esos barcos tendrán difícil cabida en las aguas de Francia y, sobre todo, en las de Irlanda», apunta Garat, quien cree que podría llevar a reorganizar los caladeros.
El también presidente de la patronal europea Europêche, apuesta por «un acuerdo beneficioso para ambas partes a largo plazo, mínimo de 25 años, y que nos dé seguridad jurídica». En paralelo, mientras Londres y Bruselas negocian, Noruega amenazó el viernes con cerrar sus aguas a británicos y europeos desde el 1 de enero si no hay un entendimiento.
Tampoco se ha podido sustraer al Brexit el Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca que se celebraba ayer en Bruselas, y que al cierre de esta edición, no había cerrado un acuerdo sobre las cuotas pesqueras para 2021, a pesar de haberse apartado de la negociación las 119 poblaciones de peces de gestión conjunta con Londres. Para España, también está en juego recortes en las capturas de especies como la merluza sur y sobre todo, el tijeretazo del 15% en los días de pesca a la flota de arrastre del Mediterráneo, lo que según el sector pondría en riesgo 3.600 empleos directos.
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