Qué se esconde tras las amenazas de Francia con dejar sin electricidad al Reino Unido
Las relaciones del Londres con sus antiguos socios de la UE empiezan a ser cada vez más difíciles, sobre todo desde que las consecuencias de la separación se dejan sentir en la vida cotidiana de los británicos con el desabastecimiento y la falta de mano de obra
Francia ha decidido aumentar la presión en las peligrosas tensiones que se han suscitado después de la salida del Reino Unido de la UE y ahora amenaza con reducir sus exportaciones de electricidad a las islas del canal y al propio territorio británico, si Londres no acepta otorgar licencias a los pescadores franceses que faenan en sus aguas.
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Las relaciones del Reino Unido con sus antiguos socios de la Unión Europea empiezan a ser cada vez más difíciles, sobre todo desde que las consecuencias de la separación se dejan sentir en la vida cotidiana de los británicos con el desabastecimiento y la falta de mano de obra. Londres está pensando en dejar de aplicar el Protocolo Irlandés, lo que tendría consecuencias dramáticas en la isla de Irlanda y aún falta por cerrar la negociación con la Comisión Europea sobre el estatus de Gibraltar, lo que a su vez puede desembocar en un callejón sin salida para la frontera de la colonia británica. La realidad es que no faltan escollos para que la situación empeore.
El protocolo irlandés
Este mecanismo para evitar la necesidad de una frontera física con aduana entre la República de Irlanda y la provincia británica de Irlanda del Norte es, con diferencia, el asunto más complejo de todos los que envenenan las relaciones entre el Reino Unido y la Unión Europea. Los británicos sostienen que la UE es demasiado estricta en la aplicación de los controles en las mercancías que entran en Irlanda del Norte desde el resto del Reino Unido y para los más extremistas partidarios del Brexit es inaceptable siquiera que haya controles para las mercancías que circulan dentro de un mismo país. El ministro del Brexit, David Frost, ya ha reconocido que contempla invocar el artículo 16 que prevé el cese unilateral de esos controles lo que desencadenaría una crisis grave con Bruselas.
La pesca
Este ha sido un aspecto vital para Francia, que amenazó con vetar el acuerdo comercial con el Reino Unido en su conjunto si no se garantizaba el acceso de sus pescadores a las aguas que tradicionalmente han compartido con los de las islas bajo soberanía británica en el Canal. Bruselas ha dicho siempre que si no se permite el acceso a los pescadores europeos, las capturas no serán autorizadas a ser comercializadas en el mercado comunitario, que es su destino tradicional puesto que los británicos no consumen esas especies. Se aplazó el problema hasta 2026, pero los británicos se resisten a conceder licencias a todos los pescadores franceses.
Gibraltar
La semana pasada se aprobó el mandato negociador con el que la Comisión Europea va a tratar de llegar a un acuerdo para definir la situación de Gibraltar, que no está afectado por las condiciones del tratado de divorcio ni las del acuerdo comercial que rige las actuales relaciones entre la UE y el Reino Unido. La Comisión es la que manejará las negociaciones y se ha comprometido a no aceptar ningún acuerdo que no sea satisfactorio para España. Lo que se ha propuesto es que Gibraltar se considere parte del territorio Schengen, lo que implicaría que no hubiera frontera en La Línea pero a cambio España debería controlar todas las entradas de pasajeros en la colonia británica, algo que no parecen dispuestos a aceptar. Londres ha dicho que se prepara para un escenario sin acuerdo.