Editorial de ABC

Erdogan se cierra a Europa

La Unión Europea debe dejar claro que sus puertas están cerradas para Erdogan. Lo contrario sería avalar un proceso que lleva al totalitarismo

El presidente Erodgan se dirige a sus seguidores tras la victoria en el referendo EFE

ABC

A lo largo de las últimas legislaturas, el partido de Erdogan no solo ha sido el más votado en Turquía, sino que ha gozado de una holgada mayoría absoluta en el Parlamento. Desde el extraño intento de golpe de Estado del pasado julio, el presidente turco mantiene al país bajo el estado de excepción, con miles de víctimas de purgas masivas, encarceladas, despedidas o camino del exilio. Con tanto poder en sus manos, resulta sorprendente que haya puesto en marcha una reforma constitucional con la que reclama disponer de aún más capacidad de decisión , sin contrapesos institucionales, para crear una república presidencialista que existe ya en la práctica. Hasta ahora, esa concentración de poder ha servido, sobre todo, para encorsetar la débil democracia que empezaba a florecer en la sociedad turca y para alejar al país de la órbita europea. No hay razones para pensar que una vez que la nueva figura del presidente haya sido anclada en la Constitución, el dirigente turco detenga su viaje hacia la autocracia. Lo que ayer se ventilaba en las urnas era en realidad un plebiscito sobre la figura de Erdogan -que con los cambios podrá mantenerse legalmente en el poder al menos hasta 2034- y una consulta sobre la velocidad a la que se deteriora la democracia turca: de forma progresiva, como hasta ahora, o acelerada, con un presidente crecido en sus prerrogativas.

Esta obsesión de Erdogan de erigirse como un nuevo Ataturk -con todo lo que tenía de autoritario el fundador de la Turquía moderna, pero sin su vocación laica y proocidental- es el peor de los síntomas para el futuro del país. El resultado del referéndum refleja una sociedad profundamente dividida a la hora de definir un futuro común, lo que representa un mal presagio. Teniendo en cuenta que el Gobierno ha abusado de todos los resortes del poder en la campaña electoral , el resultado de la oposición no debería ser ignorado. Pero a la luz de lo que ha sido la campaña, durante la que Erdogan no ha dudado en acusar de traidores a la patria a sus adversarios, es muy probable que la represión y las persecuciones contra ellos arrecien de forma significativa.

En cuanto a la perspectiva europea, con esta reforma quedan pocos argumentos para seguir defendiendo la idea de continuar siquiera con las negociaciones de adhesión. Erdogan ha elegido un modelo para su país que está mas cerca de la Rusia de Putin que de la República Francesa , como dijo para justificar su proyecto. Precisamente para mantener la esperanza de los que han votado contra este proyecto, la Unión Europea debe decir ahora que sus puertas están cerradas para Erdogan. Lo contrario sería avalar un proceso que lleva al totalitarismo.

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