La enfermera neozelandesa que cuidó a Boris Johnson: «Recibió el mismo trato que cualquier otro paciente»
McGee, de 35 años y que lleva una década trabajando para el NHS, el sistema británico de salud, reconoció que el agradecimiento público del primer ministro la dejó «en shock»
En el vídeo que el primer ministro británico, Boris Johnson , hizo público tras ser dado de alta del hospital St. Thomas de Londres por Covid-19 y en el que agradeció el trato recibido por parte de todo el personal, hizo una mención especial al enfermero portugués Luis Pitarma y a la enfermera neozelandesa Jenny McGee . En una entrevista a una cadena de televisión de su país de origen, McGee, que trabaja en la unidad de cuidados intensivos, dijo que Johnson, de 55 años, recibió «el mismo trato que cualquier otro paciente» y justificó que el primer ministro «necesitaba estar ahí», probablemente a sabiendas de que algunas voces en Reino Unido han manifestado sus dudas con respecto a la necesidad de trasladar a Johnson a la UCI, donde estuvo tres días. En su vídeo, el primer ministro agradeció a estas dos personas el haber cuidado de él y haber pasado «48 horas» al lado de su cama «cuando las cosas podrían haber ido de cualquier manera».
McGee, de 35 años y que lleva una década trabajando para el NHS, el sistema británico de salud, reconoció que la mención pública fue «inesperada» y que la dejó «en shock». Asimismo, insistió en que el primer ministro no recibió ningún tratamiento especial , y que para ella en concreto no supuso una diferencia con respecto al resto de pacientes. «Él era solo otro paciente por el que estábamos tratando de hacer lo mejor», afirmó. También dijo que ella y Johnson pasaron «mucho tiempo juntos» y hablaron «sobre Nueva Zelanda».
«Nos tomamos muy en serio a quienes ingresan en cuidados intensivos», declaró la profesional, y agregó que para los pacientes la UCI «es algo muy aterrador, por lo que no lo tomamos a la ligera». En cuanto a los cuidados específicos que recibió Johnson, se negó a dar detalles pero aclaró que fueron «procedimientos normales» que se practican en una UCI.
McGee, que nació en Invercargill, en la Isla Sur de Nueva Zelanda, manifestó que a pesar de que las enfermeras deben «mantener la cabeza fría» para conseguir que los pacientes «pasen la noche», también es necesario el calor humano y dar consuelo, «tomar de la mano» a las personas, que no pueden recibir visitas de sus familiares. De hecho, se sinceró sobre lo que considera la peor parte de su trabajo: «Es desgarrador ver a algunos pacientes fallecer sin sus familias».
La profesional, que calificó todo lo sucedido como «surrealista», recibió también la felicitación de la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, lo que supuso una nueva sorpresa para ella , ya que Ardern es, según dijo, «mi heroína».
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