Egipto dona dos islas a Arabia Saudí como gesto de gratitud por su apoyo económico
El acuerdo se cierra en el marco de la visita a El Cairo del monarca saudí, Salman bin Abdulziz
La disputa por la soberanía de dos pequeñas islas en el mar Rojo se ha zanjado a base de decreto: Tiran y Sanafir , de apenas 80 kilómetros cuadrados la mayor, serán entregadas a Arabia Saudí por medio de un acuerdo entre el Gobierno de Egipto y el del reino del golfo, que ha levantado controversia entre los sorprendidos egipcios.
Tiran y Sanafir, dos pequeñas pero estratégicas islas en el mar Rojo, han sido durante largo tiempo administradas por Egipto tras breves periodos de ocupación israelí después de sus guerras con el país árabe. Pese a las pretensiones saudíes sobre los islotes, Tiran y Sanafir han estado durante décadas bajo gobierno cairota y controladas por tropas egipcias, pasando "de facto" a ser consideradas territorio del país. Ya en 2010 se delimitaron las aguas territoriales entre ambos países, solicitando Arabia Saudí la soberanía de las islas, que no fue reconocida por El Cairo.
Sin embargo, en el marco de la visita de cinco días del rey saudí a Egipto, el gabinete presidencial de Abdelfatah Al Sisi anunció el acuerdo por el que las islas "estarían dentro de las aguas territoriales saudíes”.
Pese a la sorpresa general con la que ha sido recibida la noticia, el Gabinete señaló en un comunicado que la decisión ha sido tomada tras "más de seis años de negociación" y un examen final "con las más modernas técnicas" de más de 11 horas. El acuerdo sobre la nueva soberanía de las islas deberá ser presentado ante el Parlamento egipcio antes de ser verificado.
La decisión del Gobierno egipcio no ha sido bien recibida en el país de los faraones. Según han señalado numerosos juristas y parlamentarios del país, este acuerdo podría violar el artículo 151 de la Constitución, que estipula que cualquier entrega o cambio de fronteras debe ser decidido por referéndum, voto parlamentario y ratificación presidencial.
En las calles, la gente ha levantado la voz contra lo que consideran un ataque a su soberanía "a cambio de dinero" . Según comenta un Mohammed Effat, un joven profesional de unos treinta años, Al Sisi "está vendiendo el país". Una frase repetida hasta la saciedad en las redes sociales egipcias, que comparten bromas al respecto: "¿Por cuántos millones venderán las pirámides?", "Si se quejaron de que Morsi 'entregó el Sinaí a Palestina (al abrir el paso de Rafá), no está Al Sisi regalando las islas a Arabia Saudí?".
En los últimos meses, la relación entre Arabia Saudí y Egipto se había resentido un poco, ante la reticencia de éste último a apoyar a Arabia Saudí en sus causas militares abiertas en Yemen. Sin embargo, Egipto, con una economía maltrecha, depende estrechamente de las inyecciones monetarias del reino saudita . Durante su visita, el rey Salman ha firmado nuevos acuerdos de inversiones millonarias, aunque ya no tan generosamente como en el pasado.
Puente sobre el mar Rojo
La visita del rey de Arabia Saudí, Salman bin Abdulaziz , no ha estado exenta de polémica. Además del cambio territorial, el monarca saudí y el presidente egipcio, Abdelfatah Al Sisi, han anunciado la construcción de un puente sobre el mar Rojo que una ambos países, un plan ya esbozado en los años de Mubarak que fue rechazado por el enorme impacto medioambiental que causaría. La mastodóntica obra de ingeniería partirá desde la península del Sinaí, aprovechará las dos nuevas islas saudíes para asentar sus pilares y llevará además -como muy orgullosamente anunció el Ministerio- el nombre del rey saudí, en su honor.
El acuerdo permite a Egipto utilizar las aguas compartidas para excavaciones y otros usos de los recursos naturales, "de los que se beneficiará la economía egipcia", como defiende el periódico estatal, Al Ahram.