El ‘efecto llamada’ de Biden rompe el récord de arrestos en la frontera: 1,7 millones en 2021

Los datos, a los que ha tenido acceso ‘The Washington Post’ pero que se espera que se hagan públicos esta semana, son un jarro de agua fría en la Administración del presidente

AFP

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El número de arrestos de inmigrantes indocumentados en la frontera con México es una prueba incontestable de que la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca ha supuesto un ‘efecto llamada’ para quienes buscan entrar de manera irregular en EE.UU. Los datos para el año fiscal 2012 -entre el 1 de octubre de 2020 y el 30 de septiembre de 2021- de la Policía de Aduanas y Fronteras (CBP, en sus siglas en inglés) muestran que se ha batido el récord histórico de detenciones: 1,7 millones de arrestos de indocumentados en ese periodo.

Los datos, a los que ha tenido acceso ‘The Washington Post’ pero que se espera que se hagan públicos esta semana, son un jarro de agua fría en la Administración Biden, que evita por todas las maneras hablar de 'crisis' en la frontera y ha tratado de justificar el aumento de arrestos como algo normal.

Pero los números oficiales no dejan lugar a dudas sobre el impacto de Biden en el récord: el total de arrestos triplica a la media para los años 2012-2020, que fue de 540.000 detenciones; y, aunque el año fiscal 2021 arrancó con Donald Trump en la Casa Blanca, la gran mayoría de los arrestos -1,3 millones- se produjeron en los ocho meses y medios correspondientes al inicio de la presidencia del demócrata.

En su campaña presidencial, Biden buscó el contraste con Trump, que destacó por sus mensajes agresivos contra los indocumentados y estableció en 2018 la política de ‘tolerancia cero’ , que provocó la separación de decenas de miles de niños de sus padres y fue criticada incluso dentro de su partido. Biden buscó un tono amable, habló de trato humano y digno para los indocumentados y prometió reformas amplias en inmigración. Nada más llegar a la Casa Blanca, defendió el impulso de regularizaciones masivas en el Congreso, recuperó el programa de dar la residencia permanente a millones de inmigrantes que entraron en el país como niños, suspendió las deportaciones durante cien días y desmanteló el programa de Trump ‘Remain in Mexico’, que obligaba a los solicitantes de asilo a hacerlo desde el lado mexicano.

En medio de esos mensajes amables, los inmigrantes acudieron de forma masiva a la frontera. Las autoridades de la Administración Biden insistían en que de momento no había en marcha ninguna regularización, que la entrada en el país no era posible por la normativa de covid y que no era el momento de buscar refugio en EE.UU. No importó: el número de arrestos se disparó la pasada primavera. La Administración Biden aseguró que se debía a los aumentos habituales en esos meses, que se producen todos los años. No fue así: los meses con más detenciones fueron los de julio y agosto -se detuvieron más de 200.000 inmigrantes-, en medio de un calor abrasador en el que lo normal es que caiga el número de entradas.

Biden y sus altos cargos han echado la culpa de la situación a las políticas de su antecesor y a la crisis económica provocada por las pandemia. La gestión por parte de su vicepresidenta, Kamala Harris, de las ‘causas de raíz’ -las condiciones socioeconómicas en países como Guatalama, Honduras o El Salvador- que provocan emigraciones masivas no ha provocado ningún impacto.

Biden ha visto sus índices de aprobación hundidos desde agosto, cuando se juntaron la crisis de la evacuación de Afganistán y la nueva oleada de Covid-19 protagonizada por la variante Delta. En las encuestas, la inmigración es el aspecto peor valorado de su gestión. Al presidente le critican por los dos flancos: los republicanos y sus aliados de medios conservadores critican que ha provocado un caos en la frontera con su ‘efecto llamada’; los demócratas de la corriente izquierdista y los activistas pro-inmigrantes protestan porque ha arrinconado la reforma migratoria -sin sitio en el Congreso ante el bloqueo de sus planes de gasto- y porque ha utilizado la normativa impuesta por Trump durante la pandemia para expulsiones masivas de indocumentados. El caos reciente provocado por el intento de entrada de miles de haitianos en la frontera con Texas -ahuyentado a veces con policía a caballo usando sus riendas para intimidar a los inmigrantes- ha supuesto también un quebradero de cabeza para Biden.

Un dato significativo es que la mayoría de los arrestados en la frontera son ciudadanos mexicanos -608.000-, mientras que en anteriores flujos los mayores números venían de Centroamérica. Ahora también se ha consolidado el creciente número de inmigrantes que llegan desde países más lejanos -en especial, Haití, Venezuela, Ecuador, Cuba o Brasil-, que han llegado a 367.000.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación