EE.UU. publica más de mil documentos sobre la «guerra sucia» de la dictadura de Argentina
Los archivos podrían arrojar más luz sobre hasta qué punto conocía y aprobaba el Gobierno estadounidense los abusos de derechos humanos de la última dictadura argentina (1976-1983)
El presidente Barak Obama había dado su palabra durante su visita a Argentina el pasado mes de marzo y cumplió. Estados Unidos desclasificó una nueva tanda, de más de mil documentos, relativos a la última dictadura militar argentina (1976-83). En los archivos se reconocen prácticas de tortura, testimonios de exdetenidos desaparecido emblemáticos , como el diputado Alfredo Bravo y el periodista Jacobo Timerman y, entre otras cosas, detalles del golpe de estado del 24 de marzo y material epistolar del régimen con la Administración de James Carter.
En total son 1.081 documentos entregados en mano por John Kerry la semana pasada en Buenos Aires. El Gobierno de Mauricio Macri los dio a conocer la tarde del lunes en Cancillería y se los hizo llegar a la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo y a otros organismos que enfrentaron la dictadura durante los siete años que ocupó el poder. Los informes son una recopilación de material que involucra a catorce agencias y departamentos del Gobierno de Estados Unidos pero no parece que haya nada de la CIA.
«Estamos sorprendidos por la rapidez en que Estados Unidos entregó la documentación. Después del acuerdo con el presidente Obama, pensamos que iba tardar más de un año», reconoció el secretario de Derechos Humanos Claudio Avruj, junto a Leandro Despouy, representante Especial de para los Derechos Humanos de Cancillería y el vicecancillar, Carlos Foradori al difundir el material.
Entre los documentos figura una carta del general Jorge Rafael Videla a James Carter en la que ofrece su versión de por qué están detenidos Alejandro y Elena Deutsch con sus tres hijas, un caso sobre el que Carter había manifestado tener interés especial. «Activos miembros del Partido Comunista Revolucionario, integrantes del grupo terrorista y desarrollan tareas de inteligencia. La hermana, Liliana, activista subversiva en el ámbito estudiantil», le responde Videla al predecesor de Ronald Reagan en la Casa Blanca.
En la misma carpeta hay otra carta de Carter a Videla donde el demócrata se excusa por no haber podido asistir a la boda de uno de los hijos del primer dictador de las cuatro Juntas militares que se sucedieron entre marzo de 1976 y diciembre de 1983. También el almirante Emilio Eduardo Massera, le escribe a Carter en otro gesto de acercamiento al Presidente estadounidense que adoptó una política muy crítica con la dictadura.
Borrar párrafos
Algunos de los documentos descubiertos que ahora se hacen públicos demuestran que Henri Kissinger , premio Nobel de la paz, y secretario de Estado con John Ford, cuando se produjo el golpe militar, dio instrucciones de borrar párrafos de informes oficiales donde se denunciaba lo que estaba sucediendo en Argentina para ocultar la brutalidad del régimen que hizo desaparecer a miles de personas.
Hay carpetas de valor testimonial emotivo, como la de Alfredo Bravo, el diputado que estuvo detenido desaparecido y logró sobrevivir aunque arrastró secuelas toda su vida. En uno de los documentos, se recoge su conversación, en 1978 ya en democracia, con el embajador de Estados Unidos en Buenos Aires al que relata, «el horror de su detención y tortura». Respecto a ésta, da detalles de algunas prácticas habituales como el submarino que consistía en introducir la cabeza en un cubo de agua hasta rozar el ahogamiento o la picana, aplicación de descargas eléctricas en las zonas más sensibles del cuerpo.
En cuanto a Jacobo Timerman , los documentos, aparentemente, no aportan datos nuevos. El periodista cayó en desgracia con el régimen militar en 1977 tras descubrirse sus vínculos con la guerrilla montonera por medio del banquero David Graiver. La movilización de la comunidad internacional y el ruego del Papa forzaron a los militares a «blanquear» su detención. Fue liberado en 1980. Sobre el secuestro y los suplicios que le infligieron escribiría un libro memorable: «Prisionero sin nombre, celda sin número».
Hasta ahora se estima que el Departamento de Estado de EE.UU. ha liberado más de cinco mil documentos sobre la dictadura argentina. La primera vez que lo hizo fue en el 2002, a raíz de la petición de Adalberto Rodríguez Giavarini cuando era ministro de Asuntos Exteriores del expresidente Fernando de la Rúa y en la Casa Blanca, el que daba las órdenes, era Bill Clinton. La última, esta semana, con Barak Obama, el primer presidente afroamericano de la historia de Estados Unidos.
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