EE.UU. prevé destruir ocho instalaciones militares en su represalia en Siria
Washington busca la solidez de la coalición antes de atacar un laboratorio y un almacén de armas químicas, entre los objetivos
La crisis siria abierta por el último ataque de Al Assad con armas químicas parece entrar en vía muerta. Trump vuelve al silencio tuitero. Macron hace un guiño con una llamada a Moscú para dialogar. Rusia gana tiempo con otra inservible reunión del Consejo de Seguridad, mientras enciende el ventilador acusando a Reino Unido de un ataque químico. El secretario general de la ONU alerta de que ha vuelto lo peor de la Guerra Fría... La tormenta de misiles sobre el dictador sirio anunciada por el presidente estadounidense ofrece las primeras dudas desde que el pasado domingo Occidente señalara a Al Assad por dejar sesenta cadáveres en Duma , después de usar, como mínimo, el gas cloro, según insisten Washington y París. Estados Unidos se está pensando la intervención militar contra el régimen sirio más de lo previsto.
La última reunión de los altos mandos con Trump, la noche del jueves, volvió a dejar cualquier decisión sobre la mesa. Sin embargo, algunas fuentes apuntan que ya se habría ultimado el plan de acción, muy avanzado, incluiría ocho objetivos del régimen de Al Assad, entre ellos un centro de investigación y producción y otro de almacén de armas químicas. No parece que haya marcha atrás, pero la cautela está marcando el momento.
Aunque el jefe del Pentágono, James Mattis , ha aludido al riesgo real de una escalada bélica de grandes proporciones, la demora del ataque no parte del temor a un enfrentamiento militar entre Washington y Moscú, algo que se descarta pese a las amenazas rusas. La dureza con la que volvió a emplearse ayer la embajadora Nikki Haley , en el Consejo de Seguridad de la ONU, confirma que Estados Unidos no ha cambiado en su idea de lanzar una operación de castigo contra Al Assad. Aunque Haley confirmó que Trump «no ha tomado una decisión», dio por hecho que se producirá una intervención, «en defensa de una norma básica internacional para todos».
El embajador francés respaldó a Estados Unidos asegurando que «Siria ha superado un punto de no retorno», frente a la continua negativa de su homólogo ruso. Pero antes de actuar, Estados Unidos intenta acumular las últimas certezas. Se intenta contrastar aún más la aparente evidencia, que provendría de diagnósticos médicos de algunas de las víctimas del ataque químico, trasladadas al hospital en Duma. Análisis de sangre y orina que dieron positivo estarían ya en poder de Washington . Pero nadie quiere errores. La situación desesperada de las fuerzas rebeldes, a las puertas de la derrota militar, podría haber llevado a la manipulación de pruebas. Y para ello, la cadena de custodia de las muestras de sangre de los afectados resulta fundamental, señalan fuentes experimentadas. La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPCW, por sus siglas en inglés) iniciará mañana los trabajos sobre el terreno. Aunque sus conclusiones pueden tardar semanas o meses, por lo que se descarta que Estados Unidos vaya a esperar a los resultados.
La otra gran prevención norteamericana consiste en forjar una coalición de apoyo a la ofensiva militar contra Al Assad duradera y estable. Aunque no se trate de una operación de tanto alcance, todavía está fresco en la memoria estadounidense el fiasco que supuso la fase posterior a la intervención en Libia, en 2011, que convirtió el país en el estado fallido que es hoy, una vez depuesto Gadafi. Años después, Barack Obama , líder de la alianza multinacional que se formó al efecto, y que sí contó con amparo de la ONU, responsabilizaría del fracaso al presidente Sarkozy y al primer ministro Cameron, por no haber seguido respaldando con decisión la iniciativa. Incluso, la OTAN se negó a desplegar tropas de tierra.
Por ahora, oficialmente sólo Estados Unidos ha hecho pública su intención de descargar sus misiles sobre objetivos del régimen sirio del dictador Al Assad. Aunque se da por hecho que Francia y Reino Unido acabarían sumando sus efectivos, después de haber anunciado su firme apoyo y de haber trabajado con Washington de forma conjunta. Son ya varias las veces que el presidente Donald Trump ha charlado telefónicamente con el presidente Macron y la premier británica Theresa May. En cambio, Alemania , aunque han respaldado una posible ofensiva militar, ha anunciado por boca de su canciller Merkel que no participará con su ejército.
Noticias relacionadas