EE.UU. pretende desplegar «en meses» misiles en Asia-Pacífico
Nuevo paso en la carrera armamentística tras el fin del tratado nuclear con Rusia
Solo un día después de que Estados Unidos confirmara su salida del tratado de misiles de corto y medio alcance -INF, en sus siglas en inglés- que le unía con Rusia y de que anunciara un programa para el desarrollo de este tipo de armas, el Pentágono dio un paso más: su intención es desplegar misiles de este rango en la región de Asia-Pacífico, en una nueva muestra del creciente peso de China como potencia militar. Lo anunció ayer el secretario de Defensa, Mark Esper, desde Australia, en su primer viaje internacional en el cargo, que asumió a finales del mes pasado. No dio detalles sobre el calendario o localización del despliegue, pero dijo que le gustaría que comenzara «en meses». Sí detalló que se trataría de armas convencionales, es decir, sin capacidad nuclear.
Hasta ahora, EE.UU. no había desarrollado un sistema de misiles de rango corto y medio -entre 500 y 5.500 kilómetros- por el tratado que firmó con Rusia y del que anunció su salida el año pasado por los incumplimientos de Moscú, a quien acusa de haber desarrollado misiles de este tipo.
«Ya era hora de que no estuviéramos limitados por el tratado y que pudiéramos de alguna forma defender nuestros propios intereses, y los aliados de la OTAN comparten esa opinión», dijo Esper a los periodistas.
La decisión buscará contrarrestar el poder militar que ha alcanzado en la región China, cuyo inventario de misiles está formado al 80% por munición de este rango. La salida del INF también tiene que ver con una oportunidad para hacer frente a esa creciente amenaza. China no es considerada una potencia enemiga con EE.UU., pero la guerra comercial desatada por Donald Trump, las tensiones con Corea del Norte y el creciente intervencionismo militar de Pekín son una amenaza a la estabilidad de su relación. China aparece ya como la principal prioridad del Pentágono en su Estrategia Nacional de Defensa. «No debería ser una sorpresa para ellos que queramos tener esa capacidad», dijo Esper sobre China y sobre los planes militares de EE.UU. en la región. En cualquier caso, será un motivo de tensión con China y con Corea del Norte, con quien Trump trata de llegar a un acuerdo -en el que la participación de Pekín es clave- para que elimine su programa nuclear, que podría derivar en una nueva carrera armamentística en Asia-Pacífico, además de la que se libre en Europa para contrarrestar el programa de misiles ruso.
El New Start, en riesgo
A todo ello se unen las malas perspectivas para la supervivencia del tratado New Start, firmado entre EE.UU. y Rusia para reducir el número de armas nucleares estratégicas desplegadas por cada país. Expira en 2021 y las posibilidades de que se renueve o se prorrogue parecen escasas. Esper aseguró ayer que EE.UU. «considerará con seriedad el tratado» y se asegurará de que defiende los intereses del país. El secretario de Defensa añadió que para evitar una nueva carrera armamentística es necesario incluir a otros países, más allá de las dos potencias de la Guerra Fría, en clara referencia a China.
El día anterior, el secretario de Estado, Mike Pompeo, que acompaña a Esper de gira por la región Asia-Pacífico, ya advirtió en un comunicado que China debía ser parte de la conversación sobre armas y había que dejar atrás «los tratados bilaterales del pasado».
Entre tanto, el ministro de Exteriores de Irán, Mohamad Javad Zarif, anunció ayer que su país dará un «tercer paso» para romper los compromisos del acuerdo nuclear firmado en 2015 con EE.UU. y otros países, al considerar que las potencias que aún quieren mantener dicho pacto no han establecido garantías suficientes.