EE.UU. pide que Kagame deje el poder en Ruanda al término de su actual mandato

Para la embajadora estadounidense ante la ONU, el mandatario ruandés tiene la oportunidad de ser un ejemplo para la región si abandona su cargo en 2017

Paul Kagame, durante un discurso ante la FAO AFP

EDUARDO S. MOLANO

Estados Unidos espera que el presidente de Ruanda, Paul Kagame, abandone su cargo al término de su actual mandato, en 2017, según aseguro su embajadora ante la ONU, Samantha Power.

«El presidente Kagame tiene la oportunidad de ser un ejemplo para una región en la que los líderes parecen demasiado tentados a verse como indispensable para las trayectorias de sus propios países», aseguró Power.

De igual modo, la representante estadounidense confía en que el mandatario «continúe con los compromisos que ha hecho muchas veces en el pasado para que la próxima generación de líderes dé un paso al frente» .

«Esperamos que el presidente Kagame deje el cargo al final de su mandato en 2017», añadió.

Recientemente, el Parlamento de Ruanda aprobaba una reforma que permitirá al presidente Kagame postergarse en el poder. Conforme a la Carta Magna, el número máximo de términos presidenciales en el país africano se encontraba limitado a solo dos. Por ello, Kagame, elegido en 2003 y en 2010, debería abandonar la jefatura del Estado al término del presente mandato.

Sin embargo, la modificación del artículo 101 de la Constitución, refrendada con el apoyo de 79 diputados —de los 80 que conforman el Parlamento—, concede a Kagame la posibilidad de extender su poder más allá de 2017 .

La medida, a falta de ser apoyada en referéndum popular (aunque nadie dude que esto se produzca), se anunciaba, curiosamente, mientras otra polémica reforma constitucional percute el bazo democrático de la región.

El paralelismo de Burundi

En las últimas semanas al menos 240 personas han sido asesinadas y 210.000 han abandonado Burundi (en un Estado de poco más de 10 millones de habitantes), ante a la ola de represión dirigida por el presidente del país, Pierre Nkurunziza. El actual conflicto se remonta a abril, tras la decisión del mandatario de presentarse a un nuevo mandato, a pesar de haber cumplido ya dos los periodos de cinco años que marcaba la Constitución . Un golpe en la mesa que amenaza la estabilidad regional después de doce años de guerra civil. De acuerdo a lo establecido hasta su reciente reforma, Nkurunziza, como en el caso de Kagame, no podría haberse postulado de nuevo, después de haber cumplido, en este caso, dos mandatos de cinco años.

En este sentido, las protestas que en los últimos días sacuden Burundi suponen un serio aviso a navegantes regionales, sobre futuros atrevimientos para extender su poder de forma eterna .

Precisamente, la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Ecowas) lanzaba en mayo una propuesta para impedir que los gobernantes regionales extendieran su Gobierno en un tercer término. Sin embargo, la medida fue vetada por Togo y Gambia. El objetivo del proyecto era rebajar la tensión en la región, donde cinco países (caso de la propia Burkina Faso o Costa de Marfil) estaban llamados a las urnas en los próximos meses, y evitar así previsibles crisis políticas.

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