EE.UU. espió a Netanyahu mientras negociaba con Irán

El escándalo del espionaje de Estados Unidos a mandatarios de países amigos, destapado en 2013 con los papeles del exempleado de la CIA Edward Snowden , no ha servido para acabar con ellas. Más bien tiene continuidad, pese a que el presidente Obama anunciara su final al desvelarse las actividades secretas de las NSA (Agencia de Seguridad Nacional, en sus siglas en inglés). El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu , se convirtió en el nuevo objetivo de las polémicas escuchas mientras la Administración norteamericana negociaba con Irán el pacto nuclear , en un intento de la Casa Blanca de contrarrestar la campaña del líder israelí contra el entendimiento entre Estados Unidos y su gran enemigo. Es el primer espionaje de Estados Unidos a un mandatario israelí del que se tiene constancia, al tratarse de dos países históricamente unidos.

Las escuchas se extendieron a congresistas estadounidenses y a grupos de presión americano-israelíes , con los que Netanyahu estuvo en contacto cuando se abría la posibilidad de un acuerdo entre la Administración Obama y el régimen iraní, según publicó el «Wall Street Journal». El diario neoyorquino basa su información en entrevistas a dos docenas de actuales y exmiembros de la Inteligencia y de la propia Administración estadounidense.

La tensión entre ambos gobiernos iba en aumento, alentada por una total falta de química entre sus jefes . Fueron los meses en los que un Netanyahu preocupado y crítico intensificó sus contactos con la mayoría republicana en el Congreso para que las cámaras bloquearan el ya seguro acuerdo con Irán. La campaña tendría su momento álgido en marzo de este año, cuando el primer ministro israelí intervino ante el Congreso de Estados Unidos en un discurso insólito. No tanto por su contenido, sino por ser una invitación republicana hecha a espaldas de un molesto presidente Obama.

Lo que no sabía Netanhayu es que la Agencia de Seguridad Nacional espiaba sus movimientos. Las escuchas sirvieron a la Casa Blanca para cerciorarse de que el primer ministro israelí y sus asesores no tenían una detallada información de la marcha de las negociaciones entre Estados Unidos (Rusia y la UE) e Irán, que rubricarían el acuerdo en julio.

Fuentes de la Casa Blanca no negaron que se produjeran las escuchas, y lo adornaron con este comentario: «Nosotros no dijimos (a la NSA) "hazlo", aunque tampoco dijimos "no lo hagas"».