CRISIS EN VENEZUELA

EE.UU. admite que subestimó el apoyo de Rusia a Maduro

El Kremlin compra y revende ya un 70% del crudo producido en Venezuela, según cifras de la diplomacia norteamericana

Elliott Abrams, representante especial de EE.UU. para Venezuela Departamento de Estado.
David Alandete

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El gobierno de Estados Unidos hace a Rusia responsable de haber mantenido a Nicolás Maduro en el poder a pesar de la fuerte presión internacional, y le acusa de haber quedado, junto a Cuba, como uno de los únicos países del mundo en justificar el uso de la fuerza por parte del régimen para impedir el acceso al parlamento de diputados elegidos democráticament e para un voto crucial en el que iban a elegir presidente. Washington anuncia además medidas contra Moscú por ser el facilitador de los abusos de Maduro.

Según Elliott Abrams, el representante especial de EE.UU. para la crisis venezolana, “a medida que el régimen está más y más desesperado, se han hecho más y más dependientes de Rusia en 2019, y el papel de Rusia en la economía, especialmente en el sector del crudo, es cada vez mayor”. Según cifras de la diplomacia norteamericana, Rusia adquiere y revende un 70% del crudo venezolano, habiéndose convertido en el salvavidas financiero de Maduro.

“No es que a Maduro le queden muchos aliados, pero los que le quedan deben replantearse su apoyo al ver cómo al régimen le quedan tan pocos apoyos que se ve obligado a enviar tropas a acordonar la Asamblea Nacional”, añade Abrams. Este veterano embajador advierte además de que EE.UU. estudia responder al Kremlin : “Estamos estudiando de cerca el rol de Rusia y no vamos a permitir el nivel de apoyo que hemos visto en los últimos meses sin reaccionar”.

Sí reconoce Abrams un error: «Si hemos cometido un error es el de haber subestimado la intensidad del apoyo de Cuba y Rusia al régimen, que son los dos grandes pilares que sostienen a Maduro».

Uno de los efectos positivos que interpreta Washington de los hechos acaecidos en Caracas en los pasados días es el refuerzo de Guaidó y el cierre de filas de la oposición. Ayer, el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, aplaudió en declaraciones a la prensa “cómo los partidos políticos de Venezuela se han unido tras la reelección de Guaidó”. Así, Pompeo, que coordina la política exterior de Donald Trump, promete “un sostenido apoyo al presidente Guaidó” a lo largo de 2020.

Parte crucial de ese apoyo son por un lado nuevas ayudas económicas para aliviar la catastrófica crisis humanitaria que vive Venezuela y una ronda de sanciones económicas entre cuyos objetivos pueden estar los diputados opositores que traicionaron a Guaidó y se dejaron sobornar por el chavismo. Preguntado por si EE.UU. sancionará al diputado Luis Parra, que se intentó juramentar presidente de la Asamblea Nacional sin quorum (número de individuos necesario para que un cuerpo deliberante tome ciertos acuerdos), el embajador Abrams dice: “vamos a sancionar, como estamos sancionando, desde el año pasado, a gente involucrada en la destrucción de la democracia en Venezuela”.

Dado el recurso a la violencia contra diputados por parte del régimen, queda en el aire ahora el plan de Washington de facilitar algún tipo de proceso de transición en el que tengan representación facciones y mandos del chavismo que no sean Maduro. Abrams dice que sigue convencido de que hay chavistas que desaprueban el intento de apropiarse del Parlamento , pero que no hablan por temor a ser represaliados. De todos modos, preguntado por ABC afirma que “la decisión de con quién y con quién no podemos trabajar se tomará cuando llegue el momento”.

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