OPINIÓN

¿De dónde viene la crisis económica de Cuba?

Hay una crisis económica grave, profunda e intensa que comenzó a finales de 2019 cuando los ingresos por el turismo flexionaron a la baja fruto de una pésima política turística

Elias Amor

Algunos analistas atribuyen las protestas sociales que han sacudido Cuba desde el día 11 a un «cóctel de factores» integrado, entre otros, por la transición post-castrista en el gobierno, el avance de la pandemia y la crisis económica que atraviesa el país.

Sin restar importancia a los dos primeros factores, que la tienen y son de responsabilidad directa del gobierno, la crisis económica que atraviesa el país podría dar lugar a una interpretación inexacta de lo que está ocurriendo en Cuba.

Porque en efecto, hay una crisis económica grave, profunda e intensa que comenzó a finales de 2019 cuando los ingresos por el turismo flexionaron a la baja fruto de una pésima política turística. También algunos pensamos que la crisis arrancó de 2016, cuando Venezuela dejó de enviar los suministros acordados con el régimen comunista cubano. Incluso, la crisis provocada por la pandemia a lo largo de 2020 dejó a Cuba sin divisas por el descenso simultáneo del turismo, las inversiones extranjeras y las exportaciones.

En cierto modo, el país vive en crisis económica desde hace un lustro. Sin embargo, la actual se muestra intensa y compleja, y su origen en 2021 se tiene que identificar con la aplicación de la denominada Tarea Ordenamiento, una «aventura» del régimen comunista, tal vez la última, que le ha salido francamente mal.

La crisis económica que vive Cuba, y que ha sacado a la gente a protestar en las calles, arranca del 1 de enero, cuando el gobierno acordó el comienzo de la Tarea Ordenamiento con la unificación monetaria y cambiaria de las dos monedas que venían funcionando en la Isla hasta entonces. Y no conformes con ello, aplicaron una serie de medidas poco relacionadas entre sí, como una severa reducción a las gratuidades y subsidios, un incremento de los salarios sin referente en la productividad y permitieron una cierta flexibilidad en la fijación de precios. Los resultados se sintieron de forma inmediata.

El tipo de cambio del peso cubano con el dólar y las principales divisas se derrumbó, a pesar de la devaluación en el sector empresarial de un 2.300% una de las más intensas de la historia económica mundial. Sin embargo, las exportaciones no repuntaron al alza, ni siquiera las realizadas por los emprendedores privados. Después, apareció la inflación, según algunos analistas, de tres dígitos que arrastró a la baja las ganancias salariales, empobreciendo a la población como nunca antes. La producción agroalimentaria se derrumbó, vaciando los comercios.

La crisis económica no ha surgido de forma espontánea, sino que, en el caso de Cuba, viene como consecuencia de la Tarea Ordenamiento, que fue un empeño político e ideológico comunista por adoptar acuerdos que se tenían que llevar cumplidos al congreso. Sin tener en cuenta la coyuntura, ni las necesidades del país. Se endurecieron las condiciones de vida, más todavía de lo que estaban, y la gente reaccionó. Así de fácil. Este estallido social se venía anticipando desde el mes de enero.

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