Los dirigentes del aparato llevan al socialismo europeo a su peor crisis
Con pocas excepciones, los actuales líderes de la izquierda tradicional del continente tendrían problemas para encontrar trabajo fuera de la política
![Beonit Hamon, candidato del PS a la presidencia de la República francesa](https://s1.abcstatics.com/media/internacional/2017/02/05/hamon-francia-k6o--620x349@abc.jpg)
El socialismo europeo se hunde, acosado por las fuerzas populistas de todo signo. Después de décadas haciendo subir las pujas del marketing electoral, han logrado que una buena parte de los votantes tradicionales de la izquierda moderada prefieran escuchar a aquellos que ofrecen diagnósticos claros y supuestas soluciones sencillas. Pero, sobre todo, los socialdemócratas adolecen de falta de líderes con experiencia real en la gestión pública o privada. La mayoría de sus dirigentes son funcionarios de la política, activistas que pasaron directamente de la universidad a puestos políticos y que han dedicado su vida a la disciplina del partido sin un paso por la vida real . Con pocas excepciones, si dejasen la política tendrían problemas para definir sus cualificaciones profesionales en el campo de la empresa a la hora de buscar trabajo. Ese alejamiento del mundo real es una de las causas que explican su decadencia general, incluso en países donde aún se aferran al poder.
Reino Unido: El caso Corbyn
El liberal Nick Clegg, que fue viceprimer ministro en la coalición con Cameron y es un sagaz analista político, considera que el Partido Laborista por si solo será incapaz de desbancar al Partido Conservador durante un largo tiempo . El Reino Unido habría entrado así en un sistema con una formación hegemónica casi inamovible, los tories, que según Clegg ya solo podrán ser derrotados si se coaligan contra ellos varios partidos.
Al margen de los méritos de los conservadores, una máquina de poder perfectamente engrasada, parte de esta situación atiende a la hondísima crisis del laborismo, perfectamente encarnada por su líder, Jeremy Corbyn , y su estéril giro a la izquierda. Su paradoja se repite en muchos partidos socialdemócratas europeos: la militancia lo venera, pero resulta un candidato imposible.
Las bases del partido, mucho más radicalizadas que el conjunto de la sociedad británica, adoran al veterano socialista y pacifista de 67 años, un «apparatchik» sin estudios, que jamás ha trabajado y lleva 34 años viviendo de su escaño en la Cámara de los Comunes. Lo han entronizado por dos veces en las primarias, donde arrasó: 59,5% de votos en las de septiembre de 2015, cuando alcanzó el liderazgo, y un 61% un año después, cuando fue desafiado por su bancada parlamentaria en una moción de confianza y tuvo que volver a medirse en las urnas.
Pero bajemos al mundo real: nadie en el Reino Unido ve a Corbyn ganando unas elecciones generales, empezando por su propio partido y siguiendo por las encuestas . En la primera que ha efectuado este año, el diario pro laborista «The Guardian» lo ha situado a 14 puntos de Theresa May (42%-28% en intención de voto). El conservador «The Times» lo coloca a 13. Para entender la magnitud de la catástrofe hay que recordar que Cameron obtuvo su mayoría absoluta contra Miliband, el predecesor de Corbyn, con solo 6,5 puntos de ventaja.
Todo son problemas para al vetusto líder laborista británico. En el debate medular del país, el Brexit , ha resultado una figura irrelevante. Defendió el Remain, pero de manera displicente, pues es de corazón euroescéptico. Tampoco sabe aprovechar las debilidades del rival. Este enero, las urgencias de los hospitales británicos vivieron escenas dantescas de pésimo servicio y camillas por los pasillos, pero la voz de Corbyn no llegó a encarnar con nitidez la denuncia. Fue Cruz Roja quien puso el problema sobre el tapete mediático.
El partido está roto. El grueso de los diputados sabe que su izquierdismo trasnochado, con más gasto público como única receta, no funciona en un país donde el proletariado industrial es historia. Tras ser tradicionalmente hegemónicos en Escocia, los laboristas son hoy la tercera fuerza allí, víctimas de su buenismo ante los nacionalistas (como el PSOE en España ). Se da incluso la paradoja que el eurófobo UKIP les está robando votantes en el Norte duro y deprimido de la Inglaterra post fabril. Desde el pasado verano han dimitido 31 miembros del «gobierno en la sombra» de Corbyn, conscientes de que el partido se está escurriendo por el desagüe de la irrelevancia.
Las bases del actual Partido Laborista, que son las que eligen al líder, sienten una profundísima aversión por Tony Blair, el hombre que llevó a cabo un giro al centro que les repugna. Pero Blair logró tres mayorías absolutas, mientras que Corbyn está casi tan lejos de dormir en la Luna como de hacerlo en el Número 10 de Downing Street. En Inglaterra, que como dijo Napoleón es «un país de tenderos», nadie quiere dejar la caja registradora en manos de un socialista de los años treinta.
![Benoit Hamon](https://s3.abcstatics.com/media/internacional/2017/02/05/hamon-k6o--510x286@abc.jpg)
Francia: El burócrata de izquierdas
Burócrata izquierdista, Benoît Hamon (49 años), candidato del PS a la presidencia de la República, encarna personalmente todas las crisis del socialismo francés. Estudiante mediocre, tras conseguir un diploma en historia (tres años, tras el bachillerato), no ejerció nunca ninguna profesión. Lleva treinta años navegando por los laberintos administrativos de su partido, como liberado permanente, apuntándose a las más distintas sensibilidades cambiantes (de la socialdemocracia c onservadora de Rocard a su flamante izquierdismo de salón), para terminar haciendo carrera en la oposición socialista al gobierno de François Hollande.
Su programa electoral pretende encarnar un giro a la izquierda del PS, pero, a ochenta días cortos de la primera vuelta presidencial, solo cuenta con de 10 a 15 por ciento de las intenciones de voto, el peor resultado potencial de un candidato socialista durante la V República.
A la espera de tan temible ejecución, la elección de Hamon como candidato presidencial, eliminando a Manuel Valls (candidato derrotado de las familias social reformistas del PS), ha agravado viejas divisiones fratricidas del socialismo francés, las más graves desde la refundación del PS, en el congreso de Epinay (1971), que eligió a François Mitterrand como líder, al frente de su estrategia de conquista del poder a través de la « ruptura con el capitalismo» y «construcción del socialismo nacional» a través de la «unión de la izquierda, socialista y comunista».
El proyecto presidencial de Hamon propone una «alternativa socialista y ecologista», en abierta ruptura con la política del presidente François Hollande y su gobierno socialista (del que Hamon formó parte, como efímero ministro de Educación). Numerosos diputados y ministros (comenzando por Manuel Valls) han criticado con severidad el irrealismo de Hamon, que consideran «incompatible con unasocialdemocracia responsable».
Según los últimos sondeos, Hamon será eliminado en la primera vuelta presidencial, el próximo 23 de abril, quedando en humillante cuarta posición detrás de Marine Le Pen, Emmanuel Macron y François Fillon o cualquier otro candidato conservador.
![Matteo Renzi](https://s1.abcstatics.com/media/internacional/2017/02/05/renzi-k6o--510x286@abc.jpg)
Italia: Renzi y las falsas promesas
«Tiré muy mal un penalty y me lo pararon», manifestó este jueves el exprimer ministro italiano, Matteo Renzi, en referencia a su tremendo fracaso del pasado 4 de diciembre cuando en referéndum los italianos rechazaron su reforma constitucional . Prometió que si perdía el referéndum se retiraría. Promesa incumplida. Renzi llegó a la jefatura del gobierno con una «maniobra de palacio» y quiere volver controlando férreamente el Partido Democrático, del que es secretario general.
Renzi no ha profundizado aún en las causas de su derrota, entre cuyas razones estuvo la de su falso optimismo y promesas incumplidas. Al principio de su mandato estuvo en contacto con la calle, después se encerró en una torre de marfil. Para seducir también el centro derecha, no le importó derribar los símbolos de la socialdemocracia. Así, por ejemplo, aprobó el despido libre, que hasta entonces había sido una bandera ideológica de la izquierda.
Renzi, político arrogante, creyó que tenía libre el camino del poder ante la ruina que constituía en Italia la socialdemocracia, mientras en el centro derecha se derrumbaba también el «berlusconismo» Pero fracasó porque siguió sin comprender la realidad del país, que al menos exigía honestidad. Hizo reformas my limitadas y continuó con su retórica triunfalista y con vanas promesas. El exalcalde de Florencia, de 42 años, está en la política prácticamente desde que acabó Derecho en la Universidad. Hoy muchos dicen que habría ganado más si, tras el referéndum, hubiera cumplido su palabra y por un tiempo se hubiera ido para reflexionar sobre sus errores y leer algún libro.
Bélgica: corrupción a la valona
Elio Di Rupo fue primer ministro belga desde finales de 2011 hasta octubre de 2014 en el seno de una compleja coalición que pretendía neutralizar a los nacionalistas flamencos, pero que, al contrario, sentó las bases para que su llegada al gobierno fuera inevitable, tanto como su paso a la oposición. Si hubiera trabajado en una empresa cualquiera, según las leyes belgas hace ya dos años que se habría tenido que jubilar . Pero puesto que su única experiencia laboral fueron unos cursos como profesor en una universidad inglesa, sigue estando en activo como líder histórico del socialismo en la región valona, que es el principal feudo de este partido en Bélgica.
Cuando Di Rupo empezó en política, el Partido Socialista era la fuerza hegemónica en gran parte de Bélgica , sobre todo en la región francófona y a Di Rupo le favoreció la sucesión de escándalos de corrupción que salpicaron la gestión de sus predecesores con dinero público mezclado con las políticas inmobiliarias. Hoy vuelve a estar acosado por un nuevo escándalo de abusos de poder en una empresa pública y el partido socialista sigue en la oposición.
Holanda: el ocaso de Samson
El caso del líder del socialismo holandés es especialmente emblemático. Diederik Samsom ha pasado de ser elegido «diputado del año» en 2012 cuando los laboristas del PVDA llegaron en segundo lugar al recuento de las elecciones y se convirtieron en pieza clave para la formación de un gobierno de coalición, a ser una figura repudiada y abandonada. Samsom es un típico activista medioambiental que fue fichado por los laboristas para rejuvenecer sus cuadros directamente desde una ONG, su única experiencia real en la vida laboral. Es difícil explicarse cómo en cuatro años, y formando parte de la mayoría gubernamental, el PVDA holandés ha pasado a ser prácticamente un partido irrelevante.
Rumanía: El poder a toda costa
Toda la experiencia fuera de la política del primer ministro rumano Sorin Grindeanu está dentro de su expediente académico. A los 23 años ya había entrado en política y no ha abandonado su carrera hasta ahora mismo, que ejerce de primer ministor en un país dividido y soliviantado por la corrupción . Lleva apenas un mes en el cargo y no ha visto ni un día sin manifestaciones de protesta. Se considera que será muy difícil que termine la legislatura. Su llegada al poder fue en cierto modo accidental, después de que el presidente rechazara a la candidata musulmana a la jefatura del gobierno.
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