Merkel prohíbe cualquier posible alianza de la CDU con la extrema derecha
El partido de la canciller, la Unión Cristianodemócrata, pidió la repetición de elecciones regionales inmediatamente después de que sus diputados locales se sumasen a un acuerdo para apoyar a los liberales del FDP junto AfD
Sólo un día después de haber sido elegido presidente de Turingia, Thomas Kemmerich , ha presentado su dimisión y ha disuelto el parlamento regional para convocar nuevas elecciones. «Hemos decidido pedir la disolución del parlamento de Turingia, de manera que se puedan convocar nuevos comicios, y para ello he presentado mi dimisión es inevitable», ha dicho el político del Partido Liberal FDP. Cumplía así con la consigna lanzada por Angela Merkel desde 9.000 kilómetros de distancia, durante una visita oficial a Sudáfrica.
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La canciller, que desde hace ya más de un año no se inmiscuye en los asuntos de su partido, que ha dejado en manos de su sucesora Annegret Kramp Karrenbauer , se pronunciaba esta vez afirmando que la formación del gobierno de Turingia con apoyo tanto de la CDU local como del partido anti extranjeros y antieuropeo Alternativa para Alemania (AfD) había sido « un acto imperdonable ». El resultado de estas elecciones «debe ser anulado» mediante unos nuevos comicios, añadió Merkel, un criterio finalmente compartido por Kemmerich, que ha asegurado querer «limpiar el estigma del apoyo de AfD». «Los demócratas necesitan mayorías democráticas y evidentemente no pueden ser obtenidas en este parlamento», ha reconocido, garantizando que «no ha habido trabajo conjunto con AfD, no lo hay y no lo habrá».
Cordón sanitario
El partido de Merkel, la Unión Cristianodemócrata (CDU), pidió la repetición de elecciones regionales regionales inmediatamente después de que sus diputados locales se sumasen a un acuerdo para apoyar a los liberales del FDP junto AfD, lo que suponía la ruptura del cordón sanitario al que ha sometido hasta ahora este partido por todos los demás.
«Lo mejor para Turingia sería convocar nuevas elecciones», había planteado el secretario general de la CDU, Paul Ziemiak , calificando de «un día negro para Turingia» el anuncio de formación de gobierno y recordando que la CDU tiene como principio excluir cualquier alianza o cooperación con AfD, ya sea a nivel nacional o regional. «Es más grave todavía constatar que los diputados locales de la CDU han asumido el hecho de que es posible realizar una elección junto a los nazis», ha sentenciado. El hasta ahora presidente de Turingia Bodo Ramelow, del partido Die Linke (La Izquierda), había publicado una cita de Adolf Hitler en Twitter: “Logramos el mayor éxito en Turingia. [...] Los partidos en Turingia, que anteriormente formaban el gobierno, no pueden obtener una mayoría sin nuestra participación. A. Hitler, 02.02.1930».
Liderado por un radical
La ruptura del tabú se producía precisamente en el estado federado donde la AfD es liderado por una de sus figuras más radicales, Björn Höcke , considerado como uno de los principales exponentes de una grupo llamado «El ala», que incluso es observado por la Oficina Federal para la Protección de la Constitución por considerar que desde allí pueden impulsarse planes en contra del orden constitucional alemán .
El cordón sanitario establecido por la dirección del partido en Berlín había llevado a la CDU a un dilema tras las elecciones regionales, donde La Izquierda había sido el partido más votado, seguido por AfD, y donde no se podía lograr ninguna mayoría en el Parlamento regional sin contar con uno de los dos partidos. Ramelow había llegado a un acuerdo de coalición con el Partido Socialdemócrata (SPD) y Los Verdes , con cuyos votos esperaba ser reelegido por mayoría simple en la tercera votación en el Parlamento regional. En las dos primeras votaciones se impuso con claridad al candidato de AfD, Christoph Kindervater , pero sin llegar a la mayoría absoluta que necesitaba. Para la tercera ronda, en la que es suficiente la mayoría simple, el Partido Liberal (FDP) presentó la candidatura de Kemmerich mientras que AfD mantuvo la candidatura de Kindervater, que se quedó sin apoyos en la tercera. Los diputados de AfD votaron en bloque por Kemmerich que a la postre se impuso a Ramelow por 45 contra 44 votos.
Acto «inaceptable»
El FDP, que Kemmerich preside en Turingia, tiene sólo cinco diputados en el parlamento regional al que accedió in extremis al quedar 71 votos por encima del umbral del 5% . Esto último apunta a una vida corta del gobierno de Kemmerich que, sin embargo, ha levantado ya una ola de críticas en toda Alemania.
«Hacerse elegir primer ministro por ultraderechistas es completamente irresponsable. Todos los demócratas debemos estar juntos contra AfD. Quien no lo entienda, no ha aprendido nada de nuestra historia», dijo a través de twitter el ministro de Exteriores, el socialdemócrata Heiko Maas . El secretario general del SPD, Lars Klingbeil , calificó la elección de Kemmerich de «la hora más baja de la historia alemana desde la posguerra». Incluso dentro del FDP ha habido críticas a la manera como se dio la elección de Kemmerich, como la expresada por la diputada Marie-Agnes Straeck-Zimmermann . «Aprecio personalmente a Thomas Kemmerich y entiendo su deseo de convertirse en primer ministro pero hacerse elegir por alguien como Höcke es para un demócrata algo inaceptable», dijo Straeck-Zimmermann.
La presidenta de la CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer , había declarado por su parte que lo ocurrido «va claramente en contra de las recomendaciones, las demandas y las solicitudes del partido» y ha señalado que «ahora tenemos que hablar sobre si unas nuevas elecciones no serían la salida más limpia para esta situación». «No es un buen día, no es un buen día para Turingia, ni es un buen día para el sistema político en Alemania», zanjó la posible sucesora de Angela Merkel.