Deshielo entre las dos Coreas por las Olimpiadas de invierno en el Sur
Seúl propone al régimen de Kim Jong-un una reunión para participar en estos Juegos
Dos patinadores norcoreanos podrían acudir en febrero a los Juegos Olímpicos de PyeongChang
Aunque los Juegos Olímpicos que Corea del Sur celebrará del 9 al 25 de febrero son de invierno, están contribuyendo a un deshielo: el de las relaciones con el régimen de Kim Jong-un. Respondiendo al llamamiento al diálogo que hizo el joven dictador durante su discurso de Año Nuevo, el Gobierno de Seúl propuso hoy al de Pyongyang reunirse el próximo martes para discutir la asistencia de Corea del Norte a dichas Olimpiadas .
«Esperamos que el Sur y el Norte se sienten para debatir su participación en estos Juegos y los modos de mejorar los lazos intercoreanos de forma franca», anunció el ministro para la Unificación, Cho Myoung-gyon, informa la agencia Yonhap. Aunque Seúl propone que el encuentro se celebre en la zona fronteriza de Panmunjom, escenario habitual de estos contactos en la Zona Desmilitarizada del Paralelo 38, Cho aseguró que su Gobierno «tiene voluntad de dialogar con el Norte sin importar el tiempo, el lugar ni el formato».
Las dos Coreas llevan sin reunirse desde diciembre de 2015 y sus comunicaciones están cortadas desde febrero de 2016, cuando Seúl cerró el polígono industrial que empresas surcoreanas operaban en la localidad norcoreana de Kaesong con mano de obra local. Desde entonces, la tensión militar ha sido constante por los lanzamientos de misiles y ensayos nucleares del régimen estalinista de Pyongyang. El pasado verano, el Gobierno surcoreano propuso retomar las conversaciones para rebajar la tensión y restablecer las reuniones de familias separadas por la guerra, pero no obtuvo respuesta. Ahora, la situación podría cambiar totalmente gracias a los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de invierno.
Celebrados a 180 kilómetros al este de Seúl en la ciudad de PyeongChang, que se escribe así para no confundirla con la capital del Norte, dichos Juegos ofrecen la posibilidad de un acercamiento entre ambas partes. Aunque solo una pareja de patinadores norcoreanos, Ryom Tae-ok y Kim Ju-sik, se ha clasificado para competir en los mismos, sería un hecho histórico porque Corea del Norte boicoteó las Olimpiadas que tuvieron lugar en Seúl en 1988. Buena prueba de su importancia es que ya ha expirado el plazo para confirmar la asistencia a los Juegos, pero el Comité Olímpico Internacional puede invitar a los patinadores norcoreanos.
«Haremos lo mejor si las Olimpiadas de PyeongChang pueden ayudar a reducir las tensiones militares en la Península Coreana, mejorar las relaciones entre ambas partes y restaurar la paz», confió el ministro de Deportes surcoreano, Do Jong-hwan.
En caso de que así ocurra finalmente, será un gran triunfo político para el presidente de Corea del Sur. Desde que tomó posesión en mayo, Moon Jae-in lleva intentando reabrir el diálogo con Kim Jong-un, quien solo le ha contestado con sus continuas provocaciones y amenazas. Una vez roto el hielo con la participación olímpica, Seúl confía en retomar las conversaciones con Pyongyang en otros ámbitos. Como gesto de buena voluntad, Moon Jae-in ya ha pedido a Estados Unidos que posponga las maniobras militares conjuntas que se llevan a cabo cada mes de febrero, recurrente foco de tensión porque Corea del Norte las considera un simulacro de invasión.
A la espera del resultado final, el presidente estadounidense, Donald Trump , valoró hoy esta nueva ventana que se abre a la esperanza. En Twitter, su altavoz favorito, escribió: «Las sanciones y otras ˝presiones˝ están empezando a tener un gran impacto sobre Corea del Norte. Sus soldados están escapando peligrosamente al Sur. El ˝Hombre Cohete˝ quiere hablar ahora con Corea del Sur por primera vez. Quizás sea una buena noticia. Quizás no. Ya veremos».
Sanctions and “other” pressures are beginning to have a big impact on North Korea. Soldiers are dangerously fleeing to South Korea. Rocket man now wants to talk to South Korea for first time. Perhaps that is good news, perhaps not - we will see!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 2 de enero de 2018
Así es. Hoy, Seúl llamó al «teléfono rojo» con Pyongyang, pero seguía cortado. Mañana vuelve a intentarlo.
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