Las dificultades entre Grecia y las ochenta ONG que trabajan en Lesbos

Atenas detuvo esta semana a tres voluntarios españoles y dos daneses, a los que acusó de traficar con refugiados

Una mujer y su bebé son atendidos a su llegada a la isla griega de Lesbos Afp

BEGOÑA CASTIELLA

Grecia es un país en recesión desde 2009 y la estructura estatal se ha resentido gravemente con la crisis que sigue atravesando. A ello se ha añadido la crisis humanitaria y la llegada de decenas de miles de refugiados e inmigrantes irregulares . En las islas griegas cercanas a la costa turca ha habido días el verano pasado en que llegaron hasta 12.000 y un total de 800.000 durante todo 2015 .

En estos momentos, y debido al mal tiempo, se registra un número de llegadas bastante inferior, unos 3.000 por día , pero eso sí, llegan más asustados, mojados y agotados.

Los medios griegos calculan que en la isla de Lesbos , que es la que recibe mas llegadas, estaban registradas en diciembre unas 80 ONGs, sin contar con los grupos de voluntarios que llegan y comienzan a ayudar sin ponerse en contacto con las autoridades. Muchos de estos voluntarios se oponen al sistema de las autoridades griegas de control e identificación de los recién llegados. Se enfrentan directamente con ellas y no comparten su filosofía de solidaridad. Siempre tienen preferencia las familias sirias, seguidas por los afganos e iraquíes. Los demás, especialmente si son hombres jóvenes, esperan varios días.

La portavoz del comité coordinador de Molivo-Petras, Ralú Králi, comenta que solo en Molivo (el pueblo de Lesbos más cercano a la costa turca) hay 1.200 residentes y activas un número superior a 50 ONGs . Un residente de este pueblo comenta con tristeza: «los que llegan para ser voluntarios tienen una mentalidad distinta, de un tipo de comunidad sin reglas, de una solidaridad que no tiene en cuenta a los que vivimos aquí legalmente. La mayoría no conoce ni respeta la legislación griega y quieren hacer lo que ellos quieren».

Un policía en el puerto de Mitilini, la capital de la isla, mantiene el anonimato pero considera que «las ONGs desarrollan acciones incontroladas y no todas se registran. Esto no es el salvaje oeste» .

Se espera que tras la detención de los tres voluntarios españoles de ProemAid y dos daneses, el pasado jueves, comience un nuevo tipo de relación entre las autoridades y quienes vienen a ayudar desde muy lejos.

Hay también otros muchos problemas entre los propios inmigrantes y refugiados : acusaciones de robos, de violencia sexual, de abusos y de timos y el temor de que entre los propios inmigrantes estén también los traficantes. A ello se unen los problemas de la sociedad griega de estas islas: muchos llevan meses ayudando lo que pueden (ropa, comida, acogida) pero se están cansando.

Y otros se aprovechan claramente de la situación : hay hoteles, taxistas, tabernas que cobran el doble o el triple a los recién llegados por una habitación, un recorrido en coche, por comer, por cargar el móvil o usar sus instalaciones sanitarias. Porque saben que los recién llegados no irán a quejarse a la Policía, ya que lo único que quieren es irse al Pireo y desde ahí a la frontera con Macedonia.

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