Arrestada enfermera, acusada de 13 homicidios
Trabajaba en la unidad de anestesia y reanimación del hospital de la ciudad Toscana de Piombino. Suministraba medicinas no prescritas en los planes terapéuticos de los pacientes, en su mayoría ancianos, algunos terminales, pero otros en evidente recuperación
Con inyecciones y el método gota a gota causó la muerte a 13 personas. Una enfermera profesional de 55 años, Fausta Bonino , casada y con dos hijos, ha sido detenida con la acusación de «homicidio voluntario continuado y agravado, con el agravante de crueldad». A este presunto «ángel de la muerte» s e le considera responsable de la muerte, durante los años 2014 y 2015, de 13 pacientes , entre los 61 y 88 años, ingresados por diversas patologías, algunas no graves, en la Unidad de anestesia y reanimación del hospital de Piombino, ciudad toscana de 34.000 habitantes, en la provincia de Livorno.
La enfermera trabajaba en este departamento desde hace 20 años. Los carabineros que la han detenido han explicado que sufría de depresión y había estado en tratamiento con un especialista. Durante meses se realizó una investigación mediante videocámaras y con el secuestro de material definido altamente comprometedor , encontrado en el hospital y en la casa de la acusada.
La enfermera fue detenida en la tarde del miércoles en Pisa, al regreso de un viaje de París con el marido. En la investigación, denominada por los carabineros «asesino en camino», se concluye que la enfermera suministraba medicación no prescrita en los planes terapéuticos de sus pacientes.
Concretamente, empleaba como «arma» un fármaco muy utilizado en los hospitales: Un anticoagulante, la heparina, que suministrado con dosis 10 veces superiores a la norma, ha causado, sobre todo en algunos casos, «una rápida, difusa e irreversible hemorragia causando la muerte», han explicado los carabineros. Las víctimas no eran enfermos terminales. Algunos pacientes estaban en el hospital por patologías no graves, como la rotura del fémur.
No es un caso aislado
Este presunto «ángel de la muerte» no es un caso aislado. Entre los más llamativos de los últimos años en Italia está el de Daniela Poggiali, rebautizada por los medios como la «enfermera asesina» del hospital Umberto I de Lugo , una ciudad de 32.000 habitantes, en la provincia de Ravenna (Emilia-Romagna). Fue detenida el 10 de octubre 2014, con la acusación de ser la presunta autora de la muerte de 38 pacientes , a los que habría inyectado cloruro de potasio en dosis letales por considerarlos «molestos».
El pasado 11 de marzo fue condenada a cadena perpetua por la muerte de una paciente de 78 años. El fiscal Alessandro Mancini explicó en su día que la enfermera Poggiali asesinaba no para terminar con los sufrimientos de los enfermos en fase terminal, sino para no tener que acudir a pacientes «difíciles» o porque los parientes de las víctimas le hacían demasiadas peticiones y quería liberarse de unos y de otros. Tan segura y temeraria era la enfermera que llegó a decir a un médico que el problema de salud de algún paciente se habría podido resolver «con un par de ampollas de potasio» , anunciando así abiertamente cuáles eran sus instintos e intenciones.
La enfermera Poggiali fue retratada en algunos «selfie» con pacientes muertos , lo que fue definido como un ejemplo extremo de narcisismo estúpido.
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