Una denuncia de violación tensa las relaciones entre Rusia y Alemania
La Policía de Berlín duda de la versión de una adolescente rusa, que afirma que fue raptada en esa ciudad por refugiados
Las relaciones entre Alemania y Rusia han sufrido un grave traspié a causa de Lisa F., una niña rusa de 13 años de edad que vive en el berlinés distrito de Marzahn y cuya desaparición denunciaron sus padres a mediados de mes. Permaneció desaparecida solamente unas horas y, cuando regresó a casa por su propio pie, relató que había sido raptada y repetidamente violada por un grupo de refugiados árabes. La familia presentó la correspondiente denuncia, pero la policía puso en duda la versión de la chica y el asunto rodó por las redes sociales hasta que varios grupos de extrema derecha se lo apropiaron y convocaron protestas por la “inacción de la policía”. La última de ellas ha tenido lugar el pasado fin de semana, ante la Cancillería de Merkel en Berlín.
“Los investigadores sospechan que la chica mantuvo voluntariamente relaciones con uno o más hombres y que no es la primera vez”, informaba ayer el diario berlinés Berliner Zeitung. “Obviamente se ha estado moviendo en círculos sociales equivocados”, decía a este mismo periódico el portavoz del departamento de justicia, Martin Steltner , sin que el asunto hubiese llegado a los medios de comunicación nacionales.
El tratamiento de la noticia en Rusia ha sido completamente diferente. La cadena rusa de televisión Swesda ha informado que Lisa fue tomada como “esclava sexual” de varios refugiados y obviaba las declaraciones de la policía de Berlín, que reiteradamente ha explicado que “se el practicaron los exámenes médicos correspondientes y no fueron hallados signos de violencia ”.
Bola de nieve
La consideración del caso, sin embargo, ha sufrido una clara reubicación esta mañana, cuando el ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov , se ha referido durante una rueda de prensa a “nuestra Lisa” y ha acusado a Alemania de estar encubriendo a los violadores . Lavrov se ha referido concretamente a la tendencia del gobierno alemán a “pintar la realidad para hacerla políticamente correcta a causa de motivos de política interior” y ha sentenciado que “está claro que la niña no estuvo 30 horas desaparecida por voluntad propia”.
El Ministerio de Exteriores alemán no ha realizado comentario alguno a estas acusaciones. El político de Alternativa para Alemania (AfD) Uwe Wappler , que había denunciado el caso a través de las redes sociales, se ha desdicho y ha desmentido la violación. Y según el semanario Der Speigel, el abogado alemán Martin Luithle ha presentado una denuncia contra el primer canal de la televisión estatal rusa por faltar reiteradamente a la verdad, ya que no hay prueba alguna de que se tratase de un caso de violación, pero un portavoz de la Embajada rusa ha declarado a ese mismo canal que se trata de un abogado “que sueña con una carrera política”, dando alas a los informadores rusos.
El abogado de la familia, Roman Igler, asegura que la chica está “psicológicamente muy afectada” y que todavía no ha vuelto al colegio, pero se niega a precisar qué tipo de agresión sufrió “por motivos de protección de la intimidad y la imagen de una menor” y se limita a constatar que “cuando regresó a casa presentaba varios hematomas en el cuerpo”, al tiempo que acusa a la policía de “no haber actuado correctamente”.