La cúpula laborista desaira a Corbyn en el debate sobre los bombardeos
Sonora derrota del líder, forzado a dar libertad de voto sobre los ataques en Siria
Tras poco más de dos meses como líder laborista, Jeremy Corbyn , de 66 años , empieza a descubrir a base de traspiés que en la política británica existen una serie de consensos difíciles de romper, como los que atañen a la seguridad nacional. Pacifista de siempre, líder en su día de Stop the War durante la invasión de Irak, Corbyn quería imponer a su partido el voto en contra de la extensión a Siria de los bombardeos sobre Daesh , que previsiblemente se votará mañana. Pero su equipo de confianza, su Gobierno en la sombra, se revolvió contra esa decisión. Ayer tarde, en una acalorada reunión de dos horas, lo obligaron a otorgar libertad de voto a la bancada laborista. La capacidad de liderazgo de Corbyn, que el domingo había alardeado de su autoridad en una entrevista en la BBC, queda así muy mermada.
Según las cifras que se manejaron en la reunión del Gobierno en la sombra, de los 231 diputados laboristas cien están a favor de los bombardeos ( 43% ) Y 132 en contra ( 57% ). Es decir, la mayoría se decanta por el “no” que propugna su líder, pero un rechazo del 43% a una directriz de quien en teoría manda es mucho.
El partido que encarna la oposición en el Reino Unido se muestra además como una formación inconsistente, al no ser capaz de fijar una postura unitaria en un asunto muy relevante. Incluso se dará la insólita circunstancia de que Corbyn abrirá el debate con un alegado en contra de los bombardeos y lo cerrará por los laboristas su ministro de Exteriores en la sombra, Hilary Benn , que secundará la propuesta de Cameron y apoyará el ataque.
Durante la reunión, Corbyn esgrimió una encuesta interna que asegura que el 75% de los militantes laboristas rechazan los bombardeos en Siria, pero no logró imponer el «no» ni apelando a esos datos. El moderado Andy Burham , que compitió con él en septiembre por el liderazgo del partido, llegó a acusarlo de fomentar la hostilidad contra los diputados partidarios de atacar a Daesh. Para guardar las formas, el comunicado del partido vendió lo acordado como que la libertad de voto había sido una iniciativa de Corbyn, quién habría planteado la idea a su equipo, cuando en realidad fue al revés.
Ironía en Twitter
La decisión de la oposición de dejar votar en conciencia a sus diputados es una bendición para Cameron , pues necesitaba que lo apoyasen algunos parlamentarios laboristas para compensar los votos disidentes de su propia bancada. En 2013 el primer ministro sufrió una sonora derrota en el Parlamento cuando propuso bombardear en Siria a las fuerzas de Assad, por ello esta vez caminaba con pies de plomo y había reconocido que no llevaría el asunto a votación hasta tener garantizado de antemano un triunfo. Si un centenar de laboristas votan “sí” como todo indica tiene la alfombra tendida.
La bandera del «no a la guerra» quedará en manos del Partido Nacionalista Escocés, tercer partido en los Comunes con medio centenar de diputados. La primera ministra de Escocia, la combativa y hábil Nicola Sturgeon, subió a Twitter un comentario irónico sobre la decisión laborista: «Un partido que dice que está contra los bombardeos y ha tomado una decisión que los hace posibles. ¡Imagínate!».
Corbyn había enojado al sector moderado de sus filas cuando condenó que Estados Unidos hubiese matado a Jihadi John y también tras los atentados de París, al criticar que la policía disparase a matar en sus enfrentamientos con terroristas.