Cristina Kirchner asegura que no vio la investidura de su sucesor en la presidencia argentina

Vuelve a la provincia de Santa Cruz, en clase turista, junto a su hijo Máximo y su caniche

AFP

Más de doce años transcurrieron desde que Cristina Fernández de Kirchner no se subía en un avión de Aerolíneas Argentinas para viajar en la clase turista. En ese tiempo el Tango 01 y el resto de la flota del Estado estaban a su disposición, incluso para llevarle los periódicos los fines de semana al Calafate , ese confín del mundo, en el sur, donde se levanta el monumental glaciar Perito Moreno. El jueves las cosas cambiaron y «Cristina», como dicen en Argentina , volvió «al llano». Lo hizo, con su perrito caniche toy en el asiento de su derecha y su hijo Máximo en el de la izquierda. Ocuparon las tres primeras plazas de la clase económica junto al resto pasaje del vuelo que la llevó de vuelta a «mi cable a tierra», como se refería a la provincia de Santa Cruz , antes de que el cargo, el poder y los precios del país se le fuesen por las nubes.

Su agenda tuvo como principal escala acudir a la toma de posesión de su cuñada, Alicia Kirchner , como gobernadora de Santa Cruz, la tierra en la que ella, su difunto marido, Néstor Kirchner, sus familiares y sus amigos empezaron a amasar una fortuna que adquirió dimensiones desproporcionados a partir del 25 de mayo de 2003, fecha de la investidura presidencial de Néstor Kirchner .

Las cámaras descubrieron a la expresidenta por la tarde, antes de despegar (también dentro del avión) en el aeropuerto de Buenos Aires Jorge Newberry, conocido como Aeroparque, acompañada con varias decenas de militantes que colocaron una enorme bandera con la leyenda: «Gracias Néstor y Cristina» . Mariano Recalde, extitular de la compañía que, desde su nacionalización perdió cerca de dos millones de dólares diarios, también estuvo a su lado.

No siguió la investidura de su sucesor porque estuvo «desbordada» con los preparativos del viaje

Interrogada por la ceremonia de investidura de Mauricio Macri , a la que la expresidenta se negó a asistir, respondió que no la vio porque estuvo «a las corridas (desbordada) con los preparativos del viaje». Lo que no dijo, pero ya se sabía, es que pasó la noche anterior en el domicilio de su hija Florencia y Camilo Vaca Narvaja, en el céntrico barrio de Constitución, para evitar los bocinazos e insultos de los vecinos de Recoleta, que esa noche buscaron revancha con cacerolas y otros recursos manuales contra la mujer que logró generar «la grieta» , término original del periodista Jorge Lanata para describir la polarización y el enfrentamiento social de estos años.

De la vivienda de su hija la expresidenta salió sin una gota de maquillaje oculta tras unas enormes gafas negras de sol. Una vez en su piso de la calle Juncal (el de la Recoleta), antes de subir al vuelo 1862 de AA, la viuda de Kirchner aprovechó los minutos (muchos) para «producirse». Maquillada como siempre -«como una puerta», se describe ella misma- presentó un rostro lozano que también pudo apreciar otro compañero suyo de viaje, Carlos Zannini , su exsecretario Legal y Técnico, el candidato a vicepresidente que le impuso a Daniel Scioli y el «Rasputín» de los doce años de kirchnerismo.

Otro plantón

Juntos embarcaron y juntos fueron testigos de la investidura de Alicia Kirchner donde, paradojas de la vida, se reprodujo un escenario similar al que provocó «Cristina» en Buenos Aires. El gobernador saliente, Daniel Peralta, no asistió a los actos y, como Fernández con Macri, la dejó plantada.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación