Crisis política en Colombia por la negativa a entregar a EE.UU. al exlíder guerrillero Santrich
Dimite el fiscal general por su disconformidad con la decisión de la Justicia Especial para la Paz
Colombia ha entrado en una crisis de institucionalidad después de que la Justicia Especial para la Paz (JEP) negara el martes la extradición a Estados Unidos de « Jesús Santrich », uno de los líderes de la exguerrilla de las Farc acusado de narcotraficar en fecha posterior a la firma del Acuerdo de paz. Hacia el mediodía del miércoles el Procurador General, Fernando Carrillo , anunció la denuncia contra esa determinación de la JEP ante la Corte Suprema de Justicia, y a la una de la tarde el Fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez , renunció irrevocablemente a su cargo, anuncio que dio por sorpresa en plena rueda de prensa. La decisión fue secundada a los pocos minutos por la vicefiscal María Paulina Riveros , quedando acéfala la poderosa institución que precisamente había respaldado la extradición de «Santrich».
Frente a la crisis institucional, la Corte Suprema deberá definir el próximo martes si acepta o no la renuncia del fiscal general. De hacerlo, el presidente colombiano tendrá que presentar una terna para que la Corte elija al nuevo fiscal. Adicionalmente, ante el permanente choque de trenes entre las altas cortes, el cuestionamiento de sectores políticos afines al gobierno sobre la JEP y la fallida reforma a la Justicia, muchos han planeado la posibilidad de una Constituyente, salida que en principio el presidente Duque prefiere evitar acudiendo a solucionar la crisis a través de las instituciones existentes. Aunque aquella es la salida preferida de su grupo en el Congreso y de su líder político, el expresidente y hoy senador Álvaro Uribe Vélez , pues les permitiría hacer otros cambios constitucionales que no han logrado por vías institucionales.
El futuro del exfiscal Martínez será motivo de otro capítulo pues si bien dijo ayer que tras su renuncia se dedicará a escribir y a su familia, muchos le pronostican un futuro electoral. Otros confían en que su conocimiento de hechos de corrupción en el escándalo Odebrecht –la empresa brasileña que pagó sobornos a altos cargos latinoamericanos– finalmente salga a la luz.
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