Crisis de liderazgo en Alemania por la marcha de Merkel

Tras las elecciones en Turingia, se disparan las críticas internas hacia la futura sucesora de la canciller

Merkel y Annegret Kramp Krrenbauer, su supuesta sucesora Dpa

Rosalía Sánchez

Las elecciones del pasado fin de semana en Turingia , en las que el partido antieuropeo y anti extranjeros Alternativa para Alemania (AfD) obtuvo casi uno de cada cuatro votos y se situó como segunda fuerza política por delante de los conservadores, han generado un caos en la dirección en la CDU de Merkel. Como cabía esperar, todos los no beneficiados por la sucesión al frente del partido en favor de Annegret Kramp Krrenbauer (AKK) se lanzaron a la yugular apenas cerraron las urnas. «No podemos seguir ignorando esto», deslizó en las redes sociales Friedrich Merz, culpando a ambas de la dificultad de electorado para diferenciar, en su opinión, a la CDU de los socialdemócratas y sugiriendo la necesidad de otro candidato para las próximas generales. Además de Merz, se han escuchado los nombres de Jens Spahn, actual ministro de Salud; Armin Laschet, presidente regional de Renania del Norte- Westfalia; e incluso Markus Söder, presidente de Baviera y no perteneciente a la CDU, sino a la CSU.

Pero los candidatos a derrocar a AKK tampoco están de acuerdo entre ellos sino que son viejos enemigos fratricidas. Laschet impidió el ascenso de Spahn como al Ministerio de Defensa y Merz y Spahn desconfían el uno del otro después de que Merz perdiese por poco la elección del líder del partido a fines de 2018 debido a que sólo el 60% de los votantes de Spahn, que este había acordado cederle en la segunda vuelta, llegasen a su destino. Mientras medio partido descartaba cualquier tipo de colaboración entre la CDU y AfD para hacer gobernable Turingia, el otro medio aboga por el acuerdo, una disputa escenificada en directo en programas de televisión. Y Merkel, en medio de esta grillera, guarda silencio y viaja en visita oficial a India.

«¿Sigue siendo Merkel canciller de Alemania?» , se ha preguntado en portada esta semana Der Spiegel. Si Henry Kissinger se quejó una vez de que no sabía a quién llamar cuando quería hablar con Europa, ahora mismo la pregunta es a quién hay que llamar para hablar con Alemania.

Pero la CDU no es el único partido paralizado en Alemania. Los socialdemócratas del SPD, que apenas obtuvieron un 8,3% de los votos en Turingia, se hallan inmersos en un laborioso proceso de primarias en las que los militantes ya han sido consultados en una primera votación. Ni siquiera el hombre que ahora mismo tiene en sus manos las riendas del partido y la estructura, el ministro de Finanzas Olaf Scholz, logró imponerse en esa primera vuelta, en la que participaron un 53 % de sus 425.000 militantes, de manera que el SPD camina con parsimonia hacia una segunda votación, dejando pasar meses y meses de legislatura mientras sigue aumentando el voto de los extremos, tanto Die Linke (la izquierda), ganadora en Turingia, como la extrema derecha de AfD.

«Si esos partidos están obteniendo más votos es seguramente porque tienen una dirección y un liderazgo más claro», reconoce el diputado conservador Carsten Linnemann. Los candidatos de Die Linke y de AfD en Turingia representan un sólido liderazgo que no se ve en estos momentos en los Volkspartei y el electorado está votando a personas, más que a partidos.

A mitad de legislatura, la falta de líder impide al SPD invocar la cláusula de revisión de la gran coalición , que llevaría a elecciones anticipadas, mientras que Merkel, que contaba con esa cláusula y se ha despedido antes de tiempo, parece ya ausente ante la recesión que técnicamente se está iniciando ya en la economía alemana.

El pasado mes de septiembre, ya sorprendió que Merkel y AKK volasen cada una por su cuenta a Estados Unidos para asistir allí a la misma cumbre del Clima. En un gobierno obsesionado por el ahorro de emisiones contaminantes, dos aviones con el mismo destino suponían poco menos que una herejía. Ellas alegaron cuestiones de agenda y el resto de la política alemana se dividió entre quienes daban por buenos los rumores de ruptura y los que explicaban que AKK debe escenificar un distanciamiento para conseguir su propio perfil político.

Este argumento vuelve a escucharse ahora entre fuentes de la Cancillería ante el silencio de Merkel, que no ha salido a defender a su favorita a pesar de que parece a punto de perder la candidatura.

«Hay dos prioridades que Angela Merkel ha marcado para su salida: irse ella, que nadie la eche, y que su marcha no suponga una pérdida de poder para su partido», explican. «La canciller considera estos ataques a AKK una lógica prueba de estrés y no intervendrá porque las encuestas siguen diciendo que gana la CDU y cualquier intromisión por su parte podría resultar reprochable».

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