La crisis de la deuda acelera el éxodo puertorriqueño a EE.UU.

La isla, que debe 66.000 millones, incumple sus pagos por segunda vez en cinco meses

Clientes de un supermercado de San Juan que anuncia su próximo cierre REUTERS

MANUEL TRILLO

El comienzo de «América», la frenética pieza en la que los puertorriqueños de « West Side Story» cantan sus anhelos como recién llegados a Estados Unidos, el personaje de Anita se refiere así a su tierra de origen: «Déjala hundirse en el océano/ Siempre los huracanes soplando/ Siempre la población aumentando/ Y el dinero a deber (…)».

Casi seis décadas después del estreno del exitoso musical de Leonard Bernstein en Broadway, la maldición de la deuda asfixia como nunca a Puerto Rico y fuerza masivamente a sus habitantes a hacer las maletas para mudarse al país norteamericano del que la isla es estado libre asociado, con sus beneficios e inconvenientes.

La deuda de Puerto Rico asciende a 72.000 millones de dólares (66,3 millones de euros) y sus arcas públicas están casi vacías. De hecho, el gobernador, Alejandro García Padilla , anunció el pasado miércoles que no podrá pagar una parte de los 757 millones de dólares (algo menos de 700 millones de euros) a los que debe hacer frente este lunes. En concreto, d ejará sin abonar 37,3 millones de dólares (34,3 millones de euros), en su mayor parte intereses de los bonos de la Autoridad para el Financiamiento de las Infraestructuras. «No tenemos los recursos», aseguró.

Se trata de la segunda suspensión de pagos parcial en cinco meses, después de que a principios de agosto solo se devolviera a los acreedores 620.000 de los 58 millones de dólares de bonos de la Corporación Pública Financiera que se tenían que reintegrar.

Se trata de la segunda suspensión de pagos parcial en cinco meses,

Pese a que se temía que no pudiera cumplir con el resto de lo que tocaba este 4 de enero, una serie de malabarismos financieros le ha permitido ganar tiempo y esquivar un «default» general. Entre las herramientas empleadas está la activación por primera vez en la historia de la cláusula constitucional del «clawback» , un mecanismo por el cual puede retener los fondos de determinadas corporaciones públicas para destinarlos al pago de la deuda. En este caso se han bloqueado 163 millones de dólares (150 millones de euros) de la Autoridad de Infraestructuras y otros organismos para cumplir con la mitad de los 328,7 millones de obligaciones generales garantizadas por la Constitución puertorriqueña que vencen al comenzar 2016.

Las medidas adoptadas buscan evitar el impago general y «proteger a los puertorriqueños de las graves consecuencias que supondrían la suspensión forzada de los servicios públicos y un cierre del Gobierno », sostiene García Padilla. Según el gobernador, los acreedores asumen así una parte de la responsabilidad, que a su juicio «no puede caer solo en los puertorriqueños.

En recesión desde 2006

Puerto Rico lleva una década arrastrando una situación económica angustiosa y hay quien la considera la Grecia de EE.UU. Se encuentra en recesión desde 2006 y su paro alcanza el 12,5% , un porcentaje que puede parecer reducido comparado con el español, pero que es más del doble del 5% estadounidense.

Las dificultades económicas han acelerado el éxodo de puertorriqueños a EE.UU, que alberga ya a bastantes más boricuas de los que permanecen en la isla. Según los últimos datos, en torno a 5,27 millones viven en el país norteamericano , frente a solo 3,5 en el estado libre asociado. Pero esas cifras pueden quedarse cortas, ya que solo en 2014 unos 128.000 puertorriqueños se trasladaron a EE.UU.. En Florida, principal destino de esta nueva ola migratoria, se ha superado ya el millón, siendo el segundo estado que rebasa esa simbólica barrera tras Nueva York, adonde arribaban los protagonistas de «West Side Story».

Entre los factores del desastre está un elevado gasto en servicios públicos y pensiones para el que Puerto Rico ha pedido dinero prestado más allá de sus posibilidades. El actual gobernador atribuye a «políticas insensatas» de anteriores gobiernos que la deuda se duplicara en seis años, pasando de los 35.000 millones de dólares acumulados entre 1941 y 2006 a los 72.000 que se alcanzaron en 2012.

Límites del estado asociado

Además, como estado libre asociado, la isla no se puede acoger al Capítulo 9 de la norma sobre bancarrotas en EE.UU., que le permitiría renegociar la deuda bajo protección federal . En este sentido, el mandatario de la isla critica que el Congreso no se haya avenido a dotarle de instrumentos necesarios. «No estoy pidiendo un rescate, sino las herramientas para atender la crisis. Mientras no lo hagan, la bola esta en su lado», asegura García Padilla.

El gobernador también carga contra los «cabilderos de los fondos buitre», que están tratando de llevar a Puerto Rico a costosos procesos judiciales y al embargo de sus cuentas.

El problema de la deuda remite al recurrente debate sobre el encaje de Puerto Rico en EE.UU. Los puertorriqueños disfrutan de la ciudadanía estadounidense, pero no están directamente representados en el Congreso. «No es ni un estado, ni es libre ni está asociado. Es una ficción jurídica , una trinchera ideológica creada durante la Guerra Fría», señala para ABC desde San Juan Faisel Iglesias, profesor de Derecho , ensayista y novelista cubano afincado en Puerto Rico. A su juicio, la abultada deuda se debe «al juego del gobierno de creerse lo que no es», ya que maneja unos presupuestos «de los que no tiene el control ni el dominio necesario».

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