La costa norte de Ecuador sigue sumida en el caos un mes después del terremoto

Nacen cien bebés al día en las zonas afectadas y 120.000 niños aún no pueden acudir a la escuela

Los pescadores de Pedernales, que serán reubicados en el nuevo mercado de mariscos, venden sus productos EFE

MARÍA JESÚS GUZMÁN

Este l unes, a modo de arenga, el presidente de Ecuador, Rafael Correa , ha recordado a través de Twitter el terremoto que el pasado 16 de abril sacudía Ecuador y se cebaba con las regiones de la costa norte. Tuvo una magnitud de 7,8 en la escala Richter y duró 55 segundos . Correa ha afirmado mediante la red social que «el dolor por las vidas perdidas y los daños materiales sufridos es inmenso, pero mayor es la esperanza». Ha animado al pueblo ecuatoriano a sentirse orgulloso de sí mismo y de sus «actos heroicos». Pero lo cierto es que el seísmo ha golpeado el país con fuerza y la recuperación está siendo muy lenta.

Según la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos, 661 personas han muerto , 33.757 se han registrado como damnificadas y 10.924 edificaciones se han derrumbado o han sufrido daños. Sin embargo, a pesar de que este lunes se cumpliera un mes del seísmo que arrasó el país, las cifras no son definitivas .

Un ejemplo del caos en que está sumido el país es Portoviejo, una ciudad ubicada en la región de Manabí cuya zona cero comprende 32 manzanas repletas de edificios completamente destruidos. Un área restringida y resguardada por 150 militares.

Como resultado, miles de personas duermen al aire libre , en parques, mientras que el Gobierno trata de llevarlos a albergues en los que puedan ser atendidos. La ministra de Inclusión Económica y Social, Lídice Larrea , comentó el pasado jueves al diario ecuatoriano «El Universo» son 8.500 las familias damnificadas que deben ser desplazadas a estos albergues.

La periodista ecuatorina María Fernanda Ampuero vive en Madrid pero ve lo que está pasando en su país a través de los ojos de sus amigos y familiares. Con temperaturas de 40 grados a la sombra, que hacían que los perros de rescate cayesen muertos por agotamiento, los damnificados por el terremoto necesitan agua potable, un bien escaso en las zonas afectadas . «Hay que desplazar agua hasta las ciudades destruidas, y también alimentos en latas de conservas ya que no hay tiendas ni agua con qué cocinar arroz, lentejas...», cuanta la periodista. Una muestra del desorden y del caos que aún reinan en las ciudades devastadas por el seísmo.

Los niños, los más afectados

Aunque, como ha recalcado este lunes el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), los niños son las víctimas más débiles.

Según la organización, nacen cien bebés al día en las zonas afectadas . Sin embargo, uno de cada cinco niños sufre diarrea y desnutrición crónica. «Es esencial darles los medios básicos para sobrevivir y prosperar», comenta Grant Leaity , representante de UNICEF en Ecuador.

Leaity ha subrayado que los fondos recibidos siguen siendo muy poco. Hasta ahora solo se ha conseguido el 15% de los 15 millones de dólares que se necesitan (cerca de 13,3 millones de euros). Además, aunque el 75% de los niños hayan podido regresar a las escuelas, aún hay 120.000 que necesitan, de manera urgente, espacios temporales para recibir educación .

UNICEF también ha manifestado que colabora con el Ministerio de Salud para establecer protocolos para la revisión de casos de desnutrición y prevenir enfermedades como el zika, el dengue o el chikungunya .

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