Costa amenazó a Bruselas para conseguir la luz verde al presupuesto portugués
El primer ministro luso advirtió de que vetaría el acuerdo con el Reino Unido si rechazaban las cuentas de su país
El primer ministro luso, Antonio Costa , presume de la «confianza internacional» que testimonia la luz verde de Bruselas al presupuesto del país vecino para 2016. Pero lo cierto es que la aprobación sólo llegó después de que Portugal amenazara con torpedear el acuerdo para evitar que el Reino Unido abandone la Unión Europea .
Es la trastienda de unas conversaciones aceleradas en los últimos días y en las que se jugaba mucho el líder socialista, cuestionado incluso en las filas de su propio partido. La presión interna de sus socios radicales, los comunistas y el Bloco de Esquerda , puso contra las cuerdas a Costa, a quien no le quedó más remedio que lanzar ese órdago si no quería regresar a Lisboa con un fracaso rotundo bajo el brazo.
Fue Charles Grant , director del Centre for European Reform y ex director de «The Economist», quien reveló la jugada en las redes sociales: «El Gobierno portugués dijo que, sin respaldo a sus metas presupuestarias, iba a bloquear el pacto de la UE con David Cameron» .
Recelos
Y es que Bruselas era reticente a dar el visto bueno a los planes financieros de Antonio Costa porque no creía suficientemente probado que se cumpliera el Pacto de Estabilidad, al carecer de garantías reales –no solo promesas– para la reducción del déficit público. Los recelos dieron paso a unas negociaciones «in extremis» que han llegado a buen puerto, pero con la puerta del escepticismo entreabierta . En realidad, el «brexit» (acrónimo en inglés la posible salida británica) se antojaba más decisivo para el centro de poder comunitario que el presupuesto llegado con retraso desde Lisboa.
De manera que el primer ministro que derribó a Passos Coelho a través de una moción de censura canta una victoria parcial que sólo le permite tomarse un respiro efímero. La vigilancia europea no ha hecho más que incrementarse en Portugal, como ha demostrado la visita de una semana realizada por la «troika». Las necesidades de recaudación del Ejecutivo son tan acuciantes que las anunciadas subidas de impuestos indirectos han tenido que concretarse al alza porque los inspectores pedían más liquidez a corto y medio plazo.
Noticias relacionadas