CLAVES DE LATINOAMÉRICA
El coronavirus perjudica ya a las exportaciones sudamericanas hacia China
Chile, Perú, Brasil y Colombia han comenzado a sentir la cuarentena china, que afecta a minerales y petróleo y tendrá un mayor impacto en la agricultura
Solo un caso de coronavirus se ha detectado hasta ahora entre su población –un argentino presente en el crucero en cuarentena en Japón–, pero Latinoamérica está empezando a acusar en su economía la onda expansiva de la epidemia.
La reducción de la actividad económica en la República Popular China debido a las restricciones de movimientos por la crisis del coronavirus ha comenzado ya a tener su impacto en las economías latinoamericanas, sobre todo en aquellas en las que los productos vendidos a la potencia asiática tienen un mayor peso. El menor consumo de petróleo y cobre por parte de China tiene sus consecuencias en Colombia, Perú y Chile, y tanto este último país como Brasil y previsiblemente Argentina se verán también afectados en sus exportaciones agrícolas.
China es el primer o segundo socio comercial de los países sudamericanos, para cuyas economías el Fondo Monetario Internacional (FMI) ya preveía en conjunto, antes del comienzo de la emergencia de coronavirus, un crecimiento modesto de un 1,5% en 2020.
Una vez estallada la crisis, el responsable del FMI para Latinoamérica y el Caribe, Alejandro Werner, consideró a finales de enero que aún era « un poco prematuro » para concretar los efectos negativos, pero se mostró seguro de que los habrá, sobre todo en las economías latinoamericanas con mayor comercio con China.
«Obviamente, en la medida que este ciclo económico se presenta en la economía china tiene también repercusiones en los ciclos económicos de las economías más vinculadas a ella», afirmó, alertando especialmente sobre el impacto en el sector de productos perecederos.
Experiencia con el SARS
Werner indicó que en la epidemia de SARS, en 2002 y 2003, hubo cierta afectación en los dos trimestres posteriores a la aparición del brote y luego se produjo una reversión en los trimestres siguientes, por lo que las consecuencias en las cifras económicas anuales fueron relativamente pequeñas. Aunque en estos momentos la economía china tiene más peso en el mundo que entonces (ha pasado del 4% al 17% del PIB mundial, y del 5,3% al 12,8% del comercio global), también es de esperar que haya una relativa recuperación una vez el episodio de crisis se supere, algo que algunos observadores sitúan para finales de marzo.
Sea o no suficiente esa ulterior recuperación para salvar las previsiones económicas de 2020, el sector agrícola es el que en cualquier caso se verá más largamente dañado , según Werner. Así, la reactivación industrial hará que China acelere sus cadenas de montaje y necesite parte de las materias primas que no ha adquirido en estos meses, pero la alimentación de la población no va a doblarse. La recuperación de la actividad en el sector de perecederos «es difícil, porque hay que esperar todo un ciclo agrícola».
El cobre de Chile y Perú
«The Economist» estima que el crecimiento económico de China podría ser este año de un 5,4%, con un peaje debido al coronavirus de un 0,6% respecto a la previsión de crecimiento de un 6% en 2020 hecha por el FMI antes del estallido de la crisis. Pero otros analistas manejan la posibilidad de escenarios peores, situando el crecimiento de la economía China en el 4,5%.
La revista británica sitúa a Chile y Perú como los países latinoamericanos que de forma más inmediata están sintiendo las constricciones económicas de China, debido a las menores importaciones de cobre que esta nación está realizando y de las que tanto depende el PIB de los dos países sudamericanos. Además, el menor consumo chino de ese mineral ha llevado al descenso de su precio en el mercado mundial en un 10% en el último mes.
La soja de Brasil y Argentina
Por su parte, Colombia ve peligrar la previsión de un crecimiento del 3,5% hecha para este año por el FMI debido al menor consumo petrolero de China. La tendencia no alcista de los precios del crudo hizo que el FMI ya recortara una décima sus datos para Colombia.
Pero si el sector de los minerales y del petróleo acusan enseguida este tipo de movimientos, una restitución del consumo en cuestión de meses puede permitir a sus productores recuperar parte de las ventas no realizadas en este tiempo. No ocurre lo mismo con el sector agrícola. La compra de alimentos por parte de China ha disminuido en Chile y también en Brasil, donde se está erosionando la oportunidad que para la exportación de soja y carne había creado la guerra comercial entre Washington y Pekín.
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