Coronavirus

«Nos envían a la guerra sin protección», lamenta un médico italiano tras la muerte de un compañero

«Al menos los soldados llevaban casco», señala el doctor Irven Mussi en una carta en homenaje a uno de los trece facultativos que han perdido la vida por la epidemia, la mayoría en Lombardía

Una trabajadora sanitaria, junto a un paciente en un hospital de Cremona Reuters | Vídeo: Italia supera a China en cifra de muertos (EP)

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«Mi padre, Marcello, un gigante bueno, ha caído como un héroe, en la primera línea del frente hasta el último instante», cuenta su hija, Michela, de 23 años. El doctor Marcello Natali (57) ha muerto en un hospital de Milán; es uno de los trece médicos fallecidos en Italia por el coronavirus , la mayoría en Lombardía. Ya son 2.629 los efectivos sanitarios, el 8,3% de los casos totales, contagiados en Italia, el doble de los registrados en Wuhan, según los datos del Instituto Superior de la Sanidad.

El médico Marcello Natali era médico de familia de Codogno, el pueblo de 15.000 habitantes que fue el epicentro de la epidemia y quedó aislado el 23 de febrero. Natali ha muerto solo, como todas las víctimas del coronavirus (más de 3.000) sin el conforto de sus seres queridos. «Te destroza ver cómo mueren; los pacientes solo nos tienen a nosotros», confiesa Stefania Pini, doctora precisamente en el hospital de Cremona.

El doctor Marcello Natali era el secretario para la provincia de Lodi de la Federación de Médicos de medicina general (Fimmg), un médico muy conocido y respetado por sus compañeros. Padre de dos hijos, también su mujer es operadora sanitaria. Hace pocos días, en una entrevista radiofónica, había denunciado la difícil situación en que trabajan los médicos en los pueblos de zonas con alto índice de infectados. En «Euronews», Natali denunció que luchaba contra el coronavirus sin guantes, porque «se han acabado».

Dramática y conmovedora carta póstuma

Un compañero médico, Irven Mussi , le ha escrito una emotiva carta póstuma: «Ciao Marcello. Has muerto solo, como todos. Nos llegó la terrible noticia: el maldito virus ha derribado otro roble, como lo eran Stella, como Giovita, como otros muchos. ¿Hasta cuando?», se pregunta el médico Mussi.

Hay profunda amargura y rabia en la carta del doctor Irven Mussi, también médico de familia, como Marcello Natali: «Me siento profundamente triste, destrozado, pero también furioso. Esto no sucede por casualidad. Hemos sido enviados a una guerra sin ninguna protección. Al menos los soldados de infantería llevaban cascos. Y tú en Codogno has sido como siempre el primero en entrar en guerra, con miedo, pero con un superior sentido del deber. Y has sido derrotado. Contigo todos hemos sido derrotados. Es absurdo, devastador: somos la primera barrera y no tenemos protección, nos estamos enfermando muchos».

El médico Mussi concluye su carta póstuma al colega y amigo Marcello Natali con unas emocionadas palabras: «Queremos continuar tu batalla, no nos retiramos, pero queremos estar protegidos seriamente, por nosotros, por nuestros familiares y por nuestros pacientes. Ciao Marcello, tu muerte nos ha destrozado, nos ha conmocionado. Estamos seguros que, desde allá arriba, tú y los demás, nos conduciréis de la mejor manera posible para vencer, con las armas apropiadas, esta maldita guerra».

El alcalde Luigi Bianchi, de Caselle Landi, pueblo que también visitaba el doctor Natali como médico, lo ha despedido como a un héroe: «Él y su mujer han continuado a visitar y recibir pacientes hasta el último momento. Son nuestros héroes».

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