Los norcoreanos aparecen diminutos ante los enormes retratos propagandísticos de Kim Il-sung y Kim Jong-il, abuelo y padre del actual dictador. Bajo los retratos de los líderes, una banda militar de música carga sus instrumentos a bordo de un desvencijado camión. Los norcoreanos acarrean en sus bicicletas los productos que venden en los mercados al margen del sistema de distribución estatal. Un soldado vigila una obra en una calle secundaria de Pyongyang, en la que deben trabajar los propios vecinos dentro de las brigadas ciudadanas organizadas por el régimen. Atavidas con el traje tradicional, varias mujeres pasan bajo los retratos de los líderes en la Plaza de Kim Il-sung, en Pyongyang. La fábrica de seda de Pyongyang, que es un modelo para el régimen, demuestra lo anticuada que está la industria norcoreana. Los carteles de la propaganda bélica abundan en las fábricas para incentivar la producción. Multitudinario desfile civil en Pyongyang en honor del joven dictador norcoreano, Kim Jong-un, y su programa de misiles. El joven dictador norcoreano, Kim Jong-un, saluda a la multitud al término del masivo desfile popular que festejó la conclusión del Congreso del Partido de los Trabajadores. Decenas de miles de personas vitorearon a Kim Jong-un en el desfile que recorrió el centro de Pyongyang tras la clausura del Congreso del Partido de los Trabajadores. Cuadros del Partido de los Trabajadores bajo el enorme símbolo de la hoz campesina, el martillo proletario y el pincel de los intelectuales.