Corea del Norte dispara tres misiles de corto alcance al Mar de Japón
El régimen del joven dictador Kim Jong-un responde así a las maniobras militares conjuntas que llevan a cabo Estados Unidos y Corea del Sur
Violando de nuevo las resoluciones de la ONU que le prohíben este tipo de ensayos, Corea del Norte ha disparado tres misiles de corto alcance este sábado por la mañana (alrededor de la medianoche en España). A tenor del Ejército surcoreano y de las fuerzas de Estados Unidos en el Pacífico, dos de ellos han recorrido unos 250 kilómetros antes de estallar en pleno vuelo y caer en el Mar de Japón. Según informa la agencia estatal de noticias surcoreana Yonhap, el tercero ha estallado inmediatamente tras ser lanzado desde los alrededores de Gitdaeryong, en la provincia de Gangwon.
El régimen del joven dictador Kim Jong-un protesta de esta manera contra las maniobras militares conjuntas que, como todos los veranos, llevan a cabo Estados Unidos y Corea del Sur. Unos ejercicios militares que, denominados Ulchi Freedom Guardian (UGF), Pyongyang considera un simulacro de invasión y suelen avivar la tensión en el Paralelo 38.
Mientras los expertos analizan las características de estos nuevos misiles, el presidente surcoreano, Moon Jae-in , ha convocado una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad Nacional en la Casa Azul, su residencia oficial en Seúl.
Este último ensayo de proyectiles balísticos tiene lugar un mes después de que el régimen estalinista norcoreano probara su segundo misil intercontinental, en teoría capaz de llegar a Estados Unidos. Un alarde de fuerza que disparó la tensión con el presidente Trump, quien amenazó con atacar a Corea del Norte si Kim Jong-un se atrevía a disparar sus misiles intercontinentales en dirección a la isla estadounidense de Guam, en el Pacífico. Aunque finalmente no lo hizo, este nuevo ensayo norcoreano desafía otra vez a la Casa Blanca, que creía haber detenido las provocaciones de Kim Jong-un gracias al aumento de la presión internacional.
El martes, el secretario de Estado, Rex Tillerson , se congratuló de «ver que el régimen de Pyongyang ha demostrado cierto grado de contención que no habíamos presenciado en el pasado». Con cautela, el presidente Trump también confió en la posibilidad de reabrir el diálogo con Corea del Norte al asegurar que Kim Jong-un «está empezando a respetarnos». Pero este último lanzamiento de misiles vuelve a dinamitar las esperanzas de una cierta distensión y demuestra que Corea del Norte seguirá rebelándose contra la creciente presión internacional, reforzada tras la imposición de nuevas sanciones que pretenden asfixiar la financiación de su programa militar.
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