Corea del Norte amenaza otra vez con un «ataque» a EE.UU.

Critica la «imprudencia» de las maniobras estadounidenses y surcoreanas que empiezan este lunes

El líder norcoreano Kim Jong Un durante una visita a instalaciones militares AFP
Manuel Erice Oronoz

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La tensión vuelve a la Península de Corea. La renuncia de Pyongyang a lanzar un misil contra la isla de Guam , el territorio estadounidense del Pacífico al que había apuntado después de algunos días de escalada verbal entre Donald Trump y el dictador Kim Jong-un , no fue más que un aplazamiento táctico. En un trazo más de su habitual línea de altibajos, el régimen norcoreano volvió a retomar las amenazas este domigo, la víspera de las maniobras militares conjuntas que llevarán a cabo los ejércitos de Estados Unidos y de Corea del Sur. Pyongyang amenaza con un «ataque sin piedad», transmitido a través de su diario oficial, el Rodong Sinmun.

El mensaje del hermético Gobierno comunista denuncia en su editorial que las actividades militares en los que estadounidenses y surcoreanos ensayan sistemas de defensa, frente a la amenaza permanente de Corea del Norte, constituyen «un comportamiento imprudente que conduce la situación a una fase de guerra nuclear», del que culpan al presidente norteamericano, Donald Trump. Para los analistas, los mensajes que escribe este periódico están considerados la voz del régimen norcoreano.

Washington y Seúl, cuyos ejércitos protagonizan todos los años por estas fechas maniobras conjuntas , que esta vez tendrán una duración de diez días, hasta el 31 de agosto, aseguran que sus actividades militares son «de naturaleza defensiva» .

La vuelta a la tensión esta semana se produce días después de que el régimen de Corea del Norte amenazara con enviar uno de sus misiles contra la isla de Guam. Después de la escalada de amenazas que protagonizaron ambos mandatarios, Trump logró doblegar momentáneamente a Kim Jong-un, cuyo régimen terminó aplazando el lanzamiento , que había programado para el 15 de agosto. Durante aquellos días de enfrentamiento, el presidente estadounidense envió este mensaje contundente a su homólogo: «Más le vale a Corea del Norte no amenazar más a Estados Unidos; de lo contrario, se encontrará con fuego y furia como nunca ha visto».

Aunque Pyongyang respondió con ironía a las palabras de Trump y mantuvo su amenaza algunos días más, finalmente renunció a un ataque a Guam que habría supuesto «el comienzo de una guerra catastrófica», según advirtió el jefe del Pentágono, James Mattis . El secretario de Defensa, que inicialmente había utilizado un lenguaje agresivo frente a las amenazas norcoreanas, terminó situándose en la misma línea que el secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson . Para algunos analistas, el responsable de la diplomacia estadounidense empleó esos días un lenguaje de «poli bueno», compaginado con el de «poli malo» que empleó Trump. En todo caso, aunque partidario del diálogo con Pyongyang, Tillerson siempre ha condicionado unas posibles conversaciones a una «inequívoca renuncia» del régimen a seguir desarrollando su carrera nuclear.

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