Corbyn centra su campaña en las nacionalizaciones

Inquietud, también en el laborismo moderado, por el tono populista de las promesas

El líder del Partido Laborista del Reino Unido, Jeremy Corbyn EP

Ivannia Salazar

Nacionalizar los servicios públicos se ha convertido en la principal promesa de campaña del partido laborista de cara a las elecciones del próximo 12 de diciembre. Jeremy Corbyn , líder de la formación, ha prometido que nacionalizará el agua, los ferrocarriles, el servicio de correos y parte del gigante de las telecomunicaciones BT, y que pondrá en marcha un servicio nacional de educación y evitará «cualquiera rastro» de privatización en el sistema nacional de salud, el NHS, gran orgullo de los británicos.

Las reacciones no se han hecho esperar. Una de las más fuertes ha sido la de la ejecutiva de BT. Después de que el canciller en la sombra John McDonnell afirmara que la nacionalización de parte de BT costaría solo veinte mil millones de libras esterlinas, la empresa desmintió la mayor asegurando que el monto real sería al menos cinco veces más elevado. La idea de los laboristas es tomar el control de la red e insertarla en una nueva entidad pública llamada British Broadband, con el fin de proveer de banda ancha gratuita a millones de hogares. Pero según Philip Jansen, director ejecutivo de BT, los contribuyentes tendrían que pagar con sus impuestos la factura por los salarios.

En un tono irónico respondió en Twitter el ex diputado laborista Chris Leslie: «¿Por qué tan tímido Partido Laborista? ¿Por qué no lanzáis SkyTV gratis? ¿IPhones gratis? ¿Netflix? Cuánto más fantásticas sean sus promesas, menos creíbles serán». En esta línea se manifestaron los demócratas liberales, que calificaron el anuncio laborista como «otro elemento inasequible en la lista de deseos».

Los laboristas pretenden ganarse el favor de los ciudadanos con una estrategia radical que va más allá del Brexit, ya que las últimas encuestas no les han dado grandes alegrías. Otras propuestas económicas incluyen aumentar el impuesto de sociedades al 26% e imponer una tasa impositiva del 45% para quienes ganen más de 80.000 libras esterlinas al año, y del 50% para los salarios mayores a 125.000 libras. El líder del partido del Brexit, Nigel Farage, señaló en un mitin que esta «bomba de impuestos» podría provocar un éxodo de profesionales talentosos como el ocurrido en 1970, cuando se puso en marcha un elevado impuesto al patrimonio.

Enseñanza gratuita

Por otro lado están también la salud y la educación. Así, «proteger a los pacientes desde un servicio nacionalizado de salud» es otro de los compromisos que han hecho en lo que va de la campaña a los votantes británicos. Y es que el NHS ha estado en el punto de mira desde que el presidente estadounidense Donald Trump asegurara hace unos meses que tras el Brexit algunos servicios podrían privatizarse, algo que el Gobierno ha negado pese a reconocer las reuniones bilaterales entre funcionarios del sector y farmacéuticas de Estados Unidos.

En una entrevista en la cadena BBC 1, McDonnell, aseguró que «el NHS no formará parte de los acuerdos comerciales posteriores al Brexit». En cuanto a la educación, durante un evento de la campaña electoral celebrado en Blackpool (al noroeste de Inglaterra) Corbyn habló de la creación de un servicio nacional de educación que esté disponible «para todas las edades», lo cual incluye la eliminación de las tarifas universitarias. El líder de la oposición aseguró que esta es una de las políticas «que más le entusiasman» de las que piensan implementar si ganan las elecciones, ya que supone «la educación gratuita como un derecho para todos».

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