Theresa May, la bombera-pirómana
Apostó claramente por un Brexit duro y recordó que eso no puede hacerlo Jeremy Corbyn, que ha tenido un papel melifluo en esta materia
La jornada de luto guardada el pasado domingo por los principales partidos británicos desembocó ayer lunes en una reanudación de la campaña llena de fuerza. Las acusaciones volaron como disparos. May y Corbyn tiraron de hemeroteca para descalificar al rival, quizá sin valorar lo suficiente, en ambos casos, del peligro que esos repositorios de la memoria tienen para casi cualquier político bregado en la primera línea. (En el caso de Corbyn sería más exacto decir bregado en la tercera línea y caído por sorpresa ante los focos de todos los medios).
La primer ministro pronunció un discurso muy firme en el que devolvió la salida de la Unión Europea al centro del debate . Apostó claramente por un Brexit duro y recordó que eso no puede hacerlo Jeremy Corbyn, que ha tenido un papel melifluo en esta materia.
Ella, que tantas veces ha dicho que prefiere no tener un acuerdo a tener uno malo acusó a Corbyn de preferir uno malo a no tener un acuerdo. El problema es que no está claro qué significa no tener acuerdo Y cómo puede vivir el Reino Unido con ello. Theresa May no dice abiertamente a los británicos dónde quedaría un Reino Unido sin acuerdo tras dos años de negociaciones frustradas. Y eso lo hace porque su fervor nacionalista no permite ese tipo de discurso.
Perdió los nervios
May llevó su intervención a las cuestiones de seguridad que inauguró con un disparo en la línea de flotación del laborista: «En esta elección hay un candidato que ha hecho de la retirada de (los misiles) trident la ambición de su vida; y hay una candidata que se ha comprometido a preservarlos. Un candidato que se ha vanagloriado de haberse opuesto a todas las leyes antiterroristas , y una que ha sido responsable de hacerlas aprobar; un líder que se ha opuesto a que la Policía pueda disparar a matar, que ha dado cobertura al IRA cuando disparaba y asesinaba a nuestros ciudadanos y que ahora, en medio de una campaña electoral, quiere hacer todo lo posible por ocultar sus puntos de vista...». Y con una base así, era previsible que Corbyn perdiese los nervios. Y lo hizo.
Preguntado en una emisora de televisión sobre si la primer ministro debería dimitir por haber reducido el número de agentes de Policía a lo largo de los seis años en que fue ministra del Interior, Corbyn no dudó la respuesta: «Verdaderamente, porque lo ha pedido un montón de gente responsable que está muy preocupada porque ella fue la ministra del Interior que autorizó aquellos recortes en el número de agentes y ahora está diciendo que tenemos un problema. Y sí, tenemos un problema: nunca debimos haber cortado el número de policías». Aún asumiendo que el razonamiento sobre los recortes de personal pudiera tener validez, hay que recordar que estamos a tres días de las elecciones. ¿Quién puede pedir la dimisión de un primer ministro tres días antes de que las urnas emitan su veredicto? Sólo Corbyn, claro. Y él mismo se dio cuenta de su metedura de pata: segundos después se enmendaba la plana a sí mismo reconociendo que «tenemos unas elecciones el jueves y es el mejor modo de resolver este asunto». Claridad de ideas.
El atentado influirá
Por más que se haya dicho que los atentados no tendrán influencia en el resultado de pasado mañana, la jornada de ayer fue una manifestación evidente de que sí la tendrán. Buena parte del discurso de May giró en torno a esa amenaza y la respuesta de Corbyn fue débil. Ello unido a que la primera ministra no ha abandonado el discurso sobre el Brexit, donde tiene una clara ventaja, y todo parece indicar que los conservadores han conseguido hacer de ésta la perfecta campaña del bombero-pirómano . Los conservadores crearon el problema del Brexit y pero sólo ellos pueden resolverlo. May fue seis años ministra del Interior, pero sólo ella puede hacer frente a la amenaza islamista.
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