Andrés Couve, ministro de Ciencia de Chile

«Conviene asumir humildemente que no sabemos cómo se va a comportar el virus»

Andrés Couve ofrece una entrevista en exclusiva con ABC para hablar acerca de su visión de la pandemia del COVID-19 como ministro de Ciencia y científico chileno

Andres Couve, ministro de Ciencia de Chile Ministerio de Ciencia de Chile
Patricia Biosca

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En 18 meses desde que ocupó el cargo de ministro de Ciencia -que él mismo estrenó-, Andrés Couve se ha tenido que enfrentar a tres capítulos que, sin lugar a dudas, marcarán el devenir de Chile: las graves revueltas sociales clamando por una reforma constitucional; la renuncia del país como sede de la Cumbre del Clima (COP25) debido al insostenible clima en las calles; y la pandemia del coronavirus, con implicaciones no solo locales, sino también mundiales. Un aterrizaje en política «desafiante», según el mismo cuenta en exclusiva a ABC vía telemática, más aún viniendo del mundo de la ciencia, donde ejerció hasta ocupar su cargo político como biólogo especialista en Neurociencia y profesor de la Universidad de Chile. Couve es rotundo: la situación es totalmente nueva y, como tal, hay que reconocer con humildad «que no sabemos cómo acabará».

¿Cuáles han sido las medidas adoptadas por Chile?

Chile tomó medidas muy temprano. Por ejemplo, el cierre de fronteras, el de colegios o un plan de cuarentenas estratégicas y selectivas a lo largo de todo el país, normalmente por quince días con una revisión semanal. Esto último nos ha permitido ir abriendo o cerrando las comunas o parte de ellas cuando los números muestran tendencias hacia la mejora. Pero también ha habido comunas que se han vuelto a cerrar, porque es una estrategia dinámica: hay apertura o cierre dependiendo del número de afectados por población, tasa de crecimiento del virus y condiciones sociosanitarias. Todo esto nos permitió ganar tiempo para preparar, por un lado, el sistema de salud y, por otro organizar, muy bien una red de testeo en base a PCRs. Además, se articuló un entramado de laboratorios científicos y se capacitó a personal para que pudieran realizar pruebas y por ello tenemos uno de los más altos índices de testeo. También se redireccionaron los concursos públicos hacia proyectos relacionados con elementos de protección de salud y de respiradores mecánicos que han tenido una pronta respuesta.

Todavía no se ha alcanzado llegar en Chile al famoso «pico» de la curva de contagios, aunque el Gobierno ha afirmado que espera que sea pronto.

Efectivamente, estamos bastante cerca. Tanto el número de contagiados diarios como la cifra de personas en cuidados intensivos se mantienen estables desde hace días. Aunque probablemente, con las medidas adoptadas, también va a ser un pico que no será muy agudo, pero sí se prolongará bastante tiempo.

«Las medidas no van a ser necesariamente las mismas que se tomaron en Europa, sino que vamos a tomar medidas que están muy adaptadas a la realidad local»

De hecho, ya se habla de una estrategia de «nueva normalidad».

En Chile hemos estado totalmente enfocados en enfrentar esta crisis, que es mundial. Pero al mismo tiempo hemos estado abordando cuestiones totalmente fundamentales y paralelas, como los problemas económicos derivados. Y aquí hablamos de protección de empleos y del momento difícil por el que pasan pequeñas y medianas empresas. Tenemos que prepararnos para que esta pandemia afecte lo menos posible a nuestra economía. Y, en ese sentido, la estrategia de cuarentena selectiva permite ir retomando de manera paulatina, muy gradualmente, el funcionamiento del país en términos productivos, de movilidad... Además, mucha gente en Chile ha tenido que guardar la cuarentena en viviendas con espacio reducido donde conviven familias numerosas. A la incertidumbre del trabajo y el aislamiento social se une un foco importante y creciente en salud mental y cuidado de las personas, donde también nos hemos empezado a anticipar. En ese momento, ampliar las dimensiones que estamos abordando esta crisis, donde el tema sanitario y salvar vidas es lo principal, pero también hay que prestar atención a estas otras dos realidades.

¿Continuará mucho tiempo el cierre de fronteras en Chile?

Lo que tenemos que hacer ahora es organizar la reapertura en sectores. Porque cada uno será muy distinto: no es lo mismo educación que el sector empresarial; y tampoco es igual el sector agrícola que una compañía con sede en la ciudad. Por lo tanto, tenemos que analizar muy cuidadosamente qué medidas se toman en cada uno de estos ámbitos. Pero lo importante es haber adoptado medidas tempranas que ahora nos preparan para esta nueva fase.

«Europa está adelantada en la pandemia. Eso nos permitió a países como Chile tomar ese periodo como aprendizaje y preparación»

Levantó muchos ríos de tinta la afirmación del Ministro de Salud, Jaime Mañalich, de que se contabilizaba a los fallecidos como «recuperados» porque no podían contagiar el virus.

Fue un tema polémico porque, efectivamente, cuando uno habla de recuperados en términos epidemiológicos se refiere a aquellas personas que no pueden contagiar el virus. Sin embargo, cuando uno comunica, hay que ser muy cuidadoso: hay que explicar muy bien para que el mensaje llegue correctamente a la ciudadanía. No es que sean términos contradictorios, porque se usan en ciencia y en investigaciones; pero es una nomenclatura que no maneja el público en general.

¿Cuál es el papel que juega directamente el Ministerio de Ciencia chileno?

El presidente ha estado muy involucrado desde el comienzo junto con el Ministerio de Salud, que es quien toma la mayor parte de las decisiones. Nosotros, como Ministerio de Ciencia, participamos en dos instancias: un comité de emergencia, conformado por el presidente, el Ministerio de Salud, el de Defensa, Interior y Ciencia, que se reúne todos los días a las 8 de la mañana. Nuestro papel es aportar todo lo que está en nuestra mano desde el ámbito de la investigación, de la tecnología e innovación en diagnóstico y tratamiento. Y una segunda instancia de coordinación, la mesa social. En ella participa el ministro del Interior junto con otros miembros de la comunidad, como asociaciones de alcaldes, exministros de Salud, el Colegio Médico, la OMS y los rectores de las dos principales universidades de Chile. Es una herramienta de coordinación, de colaboración y de unidad donde hemos discutido una gran cantidad de temas, como por ejemplo la ética en el cuidado de pacientes, la salud mental, la divulgación de datos para la investigación científica…

«Tenemos que poner todas nuestras mentes a trabajar para comprender y anticiparnos a un episodio que no será ni el primero ni el último»

Aún así, se trata de una cartera joven creada apenas hace 18 meses. ¿Cómo ha sido el reto?

Nuestra principal tarea, quizá la más estratégica, era incorporar evidencias científicas a la toma de decisiones. Y eso requiere un trabajo, porque tuvo que incorporarse a un Estado en el que participan otros ministerios y existe una colaboración público-privada establecida. Así se hace un espacio en el aparato público y en la relación con el sector privado, y cambia la forma en la que estos entes se relacionan. Esta transformación implica que hay que aprender a establecer vínculos y canales de interacción permanentes entre sectores y al ministerio como eje vertebrador.

¿Y a título personal?

Ha sido un desafío muy grande. En investigación científica estamos muy acostumbrados a pensar en un problema durante mucho tiempo y, por lo general, en grupos de investigación bastante limitados. Y cuando uno transita hacia la política, se toman muchas decisiones de temas muy diferentes en muy poco tiempo. En esta crisis eso es aún más acentuado. Estamos dando los primeros pasos y estos temas, igual que fue la COP25, la crisis social o está siendo hoy día el coronavirus han puesto a prueba todo lo que nosotros pensábamos hacer. Hemos tenido que implementar esos cambios muy rápidamente y eso nos está dejando grandes aprendizajes que queremos que queden de forma permanente en las capacidades del estado.

Hablando de la crisis social y la COP 25. Chile se enfrentó a unas protestas sin precedentes hace apenas unos meses por la reforma constitucional, la cual ha quedado postergada de momento. ¿Cómo está el clima en estos momentos?

El Ministerio de ciencia tomó una opción que ha sido quizá la misma en cada una de las crisis que hemos enfrentado, aunque se hizo más clara en la social. Nosotros asumimos lo que llamamos una vocación de puente o de vínculo, de conversación, de diálogo, de incorporar diferentes miradas, estrategias y planes que nos van a ayudar a pensar en el futuro. Nuestra función en preparación al plebiscito constitucional pasa por establecer el diálogo, para que podamos tener la mejor discusión en preparación a ese referéndum constitucional. Yo destacaría esa vocación de puente, donde no uno esencialmente entramos a tomar opciones políticas todavía, sino más bien siendo una plataforma para que esas opciones se puedan manifestar libremente.

Puesta la mirada en Europa. ¿Cómo cree que se ha actuado?

Por un lado, ciertamente Europa está adelantada en la pandemia. Eso nos permitió a países como Chile tomar ese periodo como aprendizaje y preparación. Y como lo hicimos de forma temprana, probablemente la epidemia va a tener aquí un curso distinto. En Europa se contagió mucha gente muy rápidamente, en Chile los contagios están siendo más lentos. Por lo tanto, las medidas no van a ser necesariamente las mismas que se tomaron en Europa, sino que vamos a tomar medidas que están muy adaptadas a la realidad local.

«Ha sido un desafío muy grande. En investigación científica estamos muy acostumbrados a pensar en un problema durante mucho tiempo y, por lo general, en grupos de investigación bastante limitados. Y cuando uno transita hacia la política, se toman muchas decisiones de temas muy diferentes en muy poco tiempo»

¿Y en España?

En España y en Madrid vi el gesto y la actitud muy generosa que tuvieron con Chile en un momento muy difícil. En la COP25 estuve prácticamente todos los días con el ministro Pedro Duque, e hicimos una buena amistad. Hemos estado en contacto todo este tiempo y hemos compartido apoyo e información valiosa con el Ministerio de Ciencia de España. Más que solamente de España, el aprendizaje de todo lo que está pasando en Europa fue muy importante para Chile. Con el ministro Duque hemos hablado temas más específicos en innovación. Por ejemplo, cómo enfocamos los concursos de ventiladores. Porque aunque sea una situación de emergencia, las conversaciones han sido de muy alta complejidad y han sido muy valiosas.

¿Qué es lo que, en su opinión, la humanidad sacará de esta crisis mundial?

No me aventuro a decir cómo va a cambiar nuestra vida, pero sí creo que nos ayudará a enfrentarnos con humildad a aquellas cosas que no conocemos, que son muchas. Creo que el distanciamiento social nos ha demostrado que somos seres profundamente sociales, que nos gusta el contacto. Y creo que recuperar eso va a ser una tremenda alegría para todos. Por otro lado, esto nos enseñará que tenemos que estar preparados frente a fenómenos que hoy día son más propensos porque tenemos una alta densidad de población, alta conectividad y, por tanto, tenemos que estar mejor preparados. También de manera global, porque no se trata de combatir una epidemia de forma separada. Tenemos que mejorar cómo podemos abordar estos temas que son globales, de manera verdaderamente multilateral y efectiva. Esto no es distinto al tema climático, pero con eso nos hemos dado más tiempo.

«Mucho más que decir cómo acaba, mi mensaje como ministro de Ciencia y también como científico es que aceptemos la incertidumbre con humildad»

¿Y cómo ve el futuro?

Es fundamental reconocer muy humildemente que esta epidemia es algo tremendamente nuevo para todo el mundo. Desde la comunidad científica se está más acostumbrado a trabajar en la incertidumbre, porque de eso trata la investigación: de descifrar y tratar de predecir el mundo natural. Sin embargo, hoy en día como sociedad no nos gustan estos escenarios inciertos. Así que predecir cuál va a ser el desenlace de esta epidemia es muy difícil y conviene más asumir humildemente que no sabemos cómo se va a comportar. Mucho más que decir cómo acaba, mi mensaje como ministro de Ciencia y también como científico es que aceptemos la incertidumbre con humildad. No sabemos mucho, por lo tanto tenemos que aprender para comprenderla, predecirla, tratarla y prepararnos ante otras epidemias que vendrán en el futuro. Es una visión más propia de la ciencia entender que estamos ante un escenario nuevo y que necesitamos poner todas nuestras mentes a trabajar para comprender y anticiparnos a un episodio que no será ni el primero ni el último.

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