El español Artur Segarra, convicto y confeso para evitar la ejecución

Artur Segarra, condenado a muerte en Tailandia por asesinar a otro español, confiesa por escrito el crimen

Segarra, con su inconfundible tatuaje de la Sagrada Familia EFE | Vídeo: Imágenes de 2017 tras la detención de Segarra

Ignacio Álvarez

El español Artur Segarra, condenado a muerte en Tailandia por el asesinato en enero de 2016 de su compatriota David Bernat, confesó ayer por primera vez ser el autor del macabro crimen cometido hace cuatro años en ese país. Segarra dirigió su carta al Rey de Tailandia, con la confianza puesta en que la confesión obtenga la conmutación de la pena capital por la cadena perpetua, que al cabo de unos años le permitiría además terminar de cumplir la pena en una prisión española.

En la carta, escrita en tailandés por su abogado, Segarra admite que en la noche del 19 de enero de 2016 mató a su compañero y socio de negocios tras «reacccionar de modo violento» después de una pelea. No obstante, el condenado evita entrar en detalles de lo que ocurrió a continuación.

Tras las pruebas presentadas por la la Policía tailandesa, relatadas con profusión de detalles durante el juicio, el tribunal consideró probado que Artur Segarra secuestró, retuvo, torturó y asesinó a su amigo Bernat para robarle el dinero de su cuenta bancaria, descuartizándolo después y arrojando sus restos al río Chao Phraya -que atraviesa la capital tailandesa- para hacer desaparecer su cuerpo.

Además de por su brutalidad, este crimen horrorizó a la comunidad española que vive en Bangkok porque, al parecer, Segarra y Bernat eran amigos y salían juntos con frecuencia.

Sentencia en firme

Dentro de su investigación, la Policía tailandesa encontró restos de sangre de Bernat en el apartamento de Segarra, donde se supone que lo retuvo antes de asesinarle para sonsacarle las claves de su cuenta bancaria en Singapur. Gracias a su buen remunerado sueldo como consultor, con el que podía ganar mil euros al día, el leridano David Bernat tenía allí una auténtica fortuna. Aunque los medios tailandeses publicaron en su día que Segarra llegó a transferir a su cuenta hasta 37 millones de bahts (930.000 euros) de Bernat, finalmente solo fue juzgado por el robo de 80.000 bahts (2.050 euros). Pero la Policía sospecha que la cantidad sustraída fue mucho mayor.

Buscado por la Policía tailandesa, que difundió su retrato, Artur Segarra huyó a Camboya , donde fue detenido a principios de febrero. Entregado a Tailandia, Segarra defendió siempre su inocencia, pero fue inculpado por su novia.

El pasado 20 de noviembre, el catalán Segarra perdió su última apelación ante la Justicia -hasta ese momento negaba en redondo todos los cargos, y aseguraba que se equivocaban de persona- y el Supremo de Tailandia dejó en firme la sentencia. La intención de su defensa es ahora lograr que se conmute la pena de muerte -por inyección letal- con una pena de prisión perpetua, y solicitar pasados al menos ocho años de cárcel el traslado a una prisión española. Fuentes tailandesas señalaron que, dado lo excepcional de una ejecución de extranjero en el país, es probable que el soberano conceda la gracia de conmutar la pena. En caso contrario, Artur Segarra sería ejecutado en un plazo de 24 horas. El Rey no cuenta con un plazo para dar a conocer su decisión.

El último golpe

Natural de Tarrasa, en la provincia de Barcelona, Artur Segarra es un viejo conocido de la Policía española por su pasado delictivo. El último golpe lo protagonizó, junto a una banda de cómplices, contra una entidad bancaria. Creador de empresas tapadera, Segarra convenció al banco de que necesitaba una fuerte suma de dinero en crédito, que luego no devolvió. Los Mossos detuvieron a los cómplices, pero el jefe de la banda se les escapó y logró huir a Tailandia.

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