La continua violación de la República Centroafricana
Naciones Unidas ordena repatriar a 120 soldados congoleses tras las últimas denuncias de abusos sexuales cometidos por el destacamento
«Los hombres estaban vestidos con sus uniformes militares y tenían armas (…) Cuando caminaba, uno de ellos me agarró por los brazos y el otro me arrancó la ropa. Me tumbaron en la hierba y uno me sujetaba los brazos, mientras que el otro me inmovilizaba las piernas y me violaba . El soldado que sostenía mis brazos trató de mantenerme la boca cerrada, pero todavía era capaz de gritar. Por ello, tuvieron que salir corriendo antes de que el segundo soldado me pudiera violar».
Las declaraciones pertenecen a una joven de 14 años que fue víctima, en noviembre pasado, de una agresión sexual en la República Centroafricana. ¿Los culpables? Aquellos encargados de garantizar su protección:
La misión de la ONU en República Centroafricana (MINUSCA) ha ordenado repatriar a 120 soldados congoleses tras los últimos casos de abusos sexuales que sacuden a los cascos azules desplegados en el país. La decisión se produce después de que ocho nuevas denuncias contra tropas de paz de la República Democrática del Congo y la República del Congo salieran a la luz. El primero de estos batallones se encuentra afincado en la ciudad de Bambari y otras localidades de la provincia de Ouaka . A su vez, entre septiembre y diciembre del pasado año, un pequeño contingente congoleño fue desplazado de forma temporal para proteger el aeropuerto de Bambari.
«Yo no quería tener relaciones sexuales con ellos, pero cuando fui a visitar su base me llevaron entre la maleza (...) Eran tres encima mío. Estaban armados. Me dijeron que si me resistía, me matarían. Me cogieron uno por uno », asegura otro de los testimonios recopilados, en este caso, de una mujer de 18 años .
Los casos se dieron a conocer tras una investigación de Human Rights Watch, donde se identifica a ocho mujeres de entre 13 y 29 años que fueron víctimas de diferentes abusos.
Y no son una excepción. A comienzos de año, la ONU confirmaba que en 2015 se produjeron un total de 69 agresiones en sus operaciones de paz. De ellas, 22 tuvieron lugar en la República Centroafricana. Entre los implicados se encontraban dos militares de Bangladesh, uno de la República Democrática del Congo, cuatro de Níger y dos policías de Senegal . De igual modo, en las últimas semanas se hacía pública una nueva investigación sobre media docena de menores -incluso de siete años- que denuncian haber sido víctimas de violaciones o haber recibido dinero a cambio de mantener relaciones sexuales con soldados de la Unión Europea (en este caso se trata del contingente de Georgia) o de las fuerzas francesas pertenecientes a la operación Sangaris.
Muertes y desapariciones
Ya en 2014, miembros de las tropas de paz de la Unión Africana destinadas en República Centroafricana (MISCA) fueron implicados en la desaparición de al menos 11 personas , entre ellas, cuatro mujeres.
El origen de la acusación se remonta al pasado 24 de marzo de 2014, cuando un miembro congoleño del MISCA (el destacamento internacional se encuentra compuesto, en su mayoría, por soldados de Gabón, Chad, Congo-Brazzaville y Camerún) falleció en un enfrentamiento con la milicia local «anti-balaka».
Con motivo de la agresión, en la que también resultaron heridos otros cuatro miembros del operativo,veinte soldados detuvieron a más de una decena de personas en la ciudad de Boali, situada a 80 kilómetros de la capital, Bangui. Desde entonces, se desconoce su suerte.
Las raíces del conflicto
En marzo de 2013, un golpe de Estado del grupo insurgente Seleka, quien se había alzado en armas tres meses antes, provocaba la salida del país del presidente François Bozizé y abría un conflicto político en el país africano. Entonces, el movimiento Seleka -un paraguas rebelde formado por facciones disidentes de la Unión de Fuerzas Democráticas para la Integración (UFDR), la Convención de Patriotas para la Justicia y la Paz (CPJP) y el Frente Democrático de los Pueblos de África Central (FDPC)- contaba con una base operativa cercana a los 3.000 miembros.
Sin embargo, huidos los soldados de fortuna que componían sus fuerzas (mercenarios originarios de Chad y Sudán, quienes aterrizaron en el conflicto bajo la promesa de ser recompensados con las ingentes reservas que dispone el país) , son ahora las milicias anti-balaka (patrullas urbanas que se han tomado la justicia por su mano), quienes claman venganza contra todo lo que es musulmán.
Se estima que desde el inicio del conflicto actual, hace casi tres años, cerca de un millón de personas han sido desplazadas por la violencia. Es decir uno de cada cinco habitantes de la República Centroafricana . Pero hay otros números también a tener en cuenta:
Por ejemplo, cerca de 10.000 menores edad han sido reclutados por las fuerzas en conflicto. De igual modo, a día de hoy, 620.000 personas no tienen acceso a medicamentos básicos. Todo ello, en una de las crisis más olvidadas.