Conte acepta a Renzi y apela a un gobierno de «salvación nacional»

La crisis política italiana «preocupa en Bruselas y en las capitales europeas; Italia en este momento da miedo a Europa». Así lo reconoce uno de los políticos con más experiencia en Italia y con prestigio europeo, el ex primer ministro y expresidente de la Comisión Europea, Romano Prodi , quien considera la situación especialmente grave: «Si Italia fracasa, para nosotros es una catástrofe, pero es toda Europa la que retrocede porque en torno a nosotros, que recibimos la suma más grande (209.000 millones de euros del Fondo de Reconstrucción) se ha construido un proyecto entero de recuperación económica y de solidaridad europea», ha dicho Prodi al diario «La Repubblica».

Por fortuna para Italia, este país cuenta con un jefe de Estado, Sergio Mattarella , (79 años), jurista y político respetado, en cuyas manos está ahora la solución de una crisis surrealista, que no entienden los italianos, angustiados por la pandemia y una devastadora crisis económica . El espectáculo -despectivamente se le ha llamado «teatrino»- que desde hace semanas da la clase política italiana, está tocando a su fin. Mattarella no se presta a ese juego.

El presidente de la República ha iniciado las consultas con los partidos, para dar vida al gobierno número 67 en 75 años de historia republicana. Este jueves recibirá, entre otros grupos, a Libres e Iguales y al Partido Democrático , ambos en la actual coalición de gobierno, y a Italia Viva , cuyo líder provocó la crisis el pasado 13 de enero al retirar a sus dos ministras del Ejecutivo. En sus diálogos con los partidos, Mattarella repite lo que exigió a Conte para que, eventualmente, sea de nuevo el candidato para formar su tercer gobierno si supera estas tres condiciones: en primer lugar, un gobierno competente con un programa serio y concreto; en segundo una mayoría cohesionada con el horizonte de llegar al final de la legislatura hasta inicios del 2023, y, en tercero, números seguros en el Parlamento, para evitar el transfuguismo habitual de la política italiana.

Obviamente, no todo depende del jefe del Estado. Para que Conte pueda tener éxito en su camino para formar el tercer gobierno debe superar, entre otros obstáculos, su enfrentamiento político y personal con el ex primer ministro Matteo Renzi . El abogado Conte cometió el error de decir «nunca jamás» con Renzi, cuando se sabe que en la política italiana todo es negociable. Giuseppe Conte ha retirado el veto al líder de Italia Viva y ha hecho un llamamiento para «la formación de un nuevo gobierno que ofrezca perspectivas de salvación nacional », y abierto a todos, con la excepción de los soberanistas. Para lograr una mayoría, se ha dirigido en especial a los moderados y centristas, incluidos los de Forza Italia de Silvio Berlusconi y exparlamentarios del Movimiento 5 Estrellas (M5E), con la propuesta de «una alianza de clara lealtad europeísta, para aprobar reformas institucionales y constitucionales».

Renzi dice que tampoco veta a Conte , pero él prefiere otros nombres. Son varios los escenarios con diversos candidatos. Conte es todavía el favorito porque da equilibrio a los tres partidos de la coalición: PD, M5E y Libres e Iguales. Pero hay grupos dispuestos a entrar en una coalición más amplia, si se cambia a Conte. Así lo pide el presiente de Liguria, Giovanni Toti, fundador de «Cambiamos», quien sugiere la llamada fórmula Ursula (la coalición que eligió a la presidenta de la Comisión Europea), lo que en el caso italiano equivaldría a incorporar a Forza Italia de Berlusconi. Todo es posible en la política italiana.